El sol y las buenas temperaturas de septiembre invitan a seguir disfrutando de las aguas cristalinas de Ibiza y Formentera. Aún podemos darnos un baño, tomar el sol, dar un paseo por la arena y comernos una riquísima paella en primera línea de mar. Para ello nada mejor que elegir Restaurant Sa Caleta, que está abierto hasta el día 1 de octubre, de 10h a 24h, y donde pasaremos un día de diez.
Sa Caleta Restaurant es un lugar mágico para desconectar y recargarnos de buena energía. Un lugar único, rodeado de pinos, acantilados y aguas cristalinas, donde además disfrutaremos de una gastronomía auténtica. Su secreto es cocinar con los mejores ingredientes y para ello utilizan lo máximo posible producto ecológico y se abastecen de proveedores de la isla, como la finca familiar de Can Puvil.
En su carta encontramos especialidades típicas ibicencas como el bullit de peix, la caldereta de langosta, los calamares salteados o la gamba roja ibicenca. Mero, gallo, dentón, sirvia, langosta, espardenyes o raya ibicenca no faltan en sus fogones, ni tampoco los arroces. Otra recomendación es pedir una de sus ensaladas, que llegan a la mesa con todo el sabor de la huerta ibicenca. Como broche final, un poquito de dulce. El biscuit de almendras, el flaó, la tarta tatín o la crema catalana son los favoritos y saben mucho mejor si los acompañamos de su famoso café caleta.
Si lo preferimos también podemos cenar con el sonido del mar y bajo la luz de la luna y las estrellas, toda una experiencia. Sa Caleta ha estrenado esta temporada una nueva propuesta para las noches: riquísimas tapas para compartir. A su menú habitual, se han sumado tapas y medias raciones, ideales para pedir cuando vamos en grupo, con amigos y familia, una magnífica idea para disfrutar de sus especialidades y probar platos diferentes.
El restaurante tiene una extensa terraza asomada al mar, enmarcada por las paredes de arcilla, que dibujan un perfecto escenario. La sala interior es de madera y su decoración es marinera, a base de recuerdos de días de pesca.
Sa Caleta es una pequeña y tranquila playa rodeada de pinos, formada por rocas y arena de color rojizo que le aportan un carácter muy especial. Alberga el Poblado Fenicio de Sa Caleta integrado en la declaración de Ibiza Patrimonio de la Humanidad, junto con las murallas de la capital y las praderas submarinas de posidonia oceánica.