La consellera balear de Salud, Patricia Gómez, fue tajante ayer en Ibiza: las medidas adoptadas hace 15 días en la zona del Eixample de la ciudad de Ibiza han sido «eficientes, pero no suficientes» para atajar la escalada de casos de coronavirus en Vila.
En Sant Antoni, por su parte, sí que han funcionado y se ha reducido la escalada de contagios. Gómez compareció en rueda de prensa junto con el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí; el alcalde de Vila, Rafa Ruiz; el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra; la directora general de Salud Pública, Maria Antonia Font y la asesora técnica para el desconfinamiento de Baleares, Marga Frontera.
Los datos
«Queremos limitar y evitar situaciones que puedan favorecer los contagios, sobre todo en sitios cerrados, donde hay aglomeraciones de gente y en lugares donde haya poca ventilación, por ejemplo. Las medidas aplicadas hasta el momento en Vila han sido eficientes, pero no suficientes», expresó Gómez, quien destacó que la tasa de positividad se situó el pasado 18 de septiembre en un 13,29% y, a día de ayer, este porcentaje estaba prácticamente igual con un 13,7%. La tasa de incidencia de infecciones por coronavirus por cada 100.000 habitantes se situó en 620,94 casos en los últimos 14 días y 295,98 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana.
Imagen de la rueda de prensa celebrada en el Consell de Ibiza. Foto: Daniel Espinosa
Nuevas medidas
Unas cifras muy elevadas que autoridades políticas y sanitarias de Ibiza y Baleares quieren atajar. Para ello, el perímetro del Eixample de Vila como zona confinada se elimina y las medidas de restricción y limitación de contactos y actividad se extienden por toda la ciudad a partir de las 22.00 horas de mañana viernes y durante los próximos 15 días.
A grandes rasgos, esto significa, según explicó ayer Marga Frontera, que toda la actividad comercial y de restauración debe estar cerrada a las 22.00 horas, a lo que se suma que las reuniones sociales en el ámbito privado y público quedan limitadas a cinco personas, el aforo en bares y restaurantes pasa a ser del 25% en el interior y del 50% en terrazas (prohibido el consumo en barra), se mantienen la suspensión de ferias, en academias y formación no reglada el aforo será del 50% y grupos máximo de cinco personas. En gimnasios y centros deportivos de todo tipo el aforo será del 25%.
En restauración, los comensales o quienes queden para tomar algo en un bar deben hacerlo en grupos máximo de cinco personas y deben llevar la mascarilla puesta, excepto en el momento de comer y beber. En las reuniones sociales de cinco personas en el ámbito público que no sean en un bar o restaurante no se puede comer ni beber.
Estas medidas o limitaciones apelan a la responsabilidad social e individual de cada vecino de la ciudad ya que, tal y como explicaron tanto la consellera Gómez, como el alcalde Rafa Ruiz y el presidente Vicent Marí, no se prohíbe la movilidad de las personas.
Esto quiere decir que se puede entrar y salir de Vila, pero apelan a que tanto los contactos sociales como los desplazamientos sean los estrictamente necesarios, por lo tanto, no recomiendan que se hagan desplazamientos innecesarios. Los vecinos de otros pueblos que quieran bajar a Vila de compras, por ejemplo, podrán a hacerlo, pero con sentido común, según expresaron ayer los representantes políticos.
Se permite, además, el acceso al Mercat Nou para hacer compras. «Pedimos que los contactos sociales se minimicen lo máximo posible; hay que apelar a la responsabilidad individual de cada uno. El mayor antídoto para evitar contagios es la responsabilidad de cada uno; tenemos que concienciarnos», afirmó el presidente Vicent Marí. El alcalde Rafa Ruiz insistió en esta idea y precisó que «hay que redoblar esfuerzos, primero por nosotros y por nuestra salud y la de nuestras familias y, segundo, por la economía; lo que nos jugamos ahora es la temporada que viene. Todos nos tenemos que involucrar porque la ciudad de Ibiza está en su momento más difícil. Tenemos que reducir al máximo nuestra actividad».
Capitalidad de Ibiza
Sobre la capitalidad que ejerce la ciudad de Ibiza en la isla, tanto Ruiz como Marí insistieron en que se deben reducir los desplazamientos a la ciudad a los que sean estrictamente necesarios (bien por trabajos, consultas médicas o visitas al Juzgado, por ejemplo). «Hay que quedarse en casa para doblegar la curva», afirmó Ruiz.
Estas medidas son «recomendaciones muy intensas», en palabras de la consellera Gómez, ya que no se puede prohibir los movimientos de las personas. «Es una recomendación, no es una obligación de restricción de movilidad», apuntó la consellera de Salud, quien añadió: «No es lo mismo estar en estado de alarma que no estarlo. Hay que buscar el equilibrio. No hay un perímetro delimitado obligatorio de cierre de la ciudad; se puede entrar y salir, no hay restricción de movilidad». En esta misma línea se expresó Ruiz, quien apeló a la responsabilidad ciudadana: «En un estado de alarma tú puedes limitar la movilidad de la ciudadanía, pero sin estado de alarma, no. No puedes prohibir, pero sí recomendar».
Estas medidas de control de la expansión del virus, cuya efectividad depende de la conciencia y responsabilidad ciudadana, se complementan con planes de acción comunitaria. En la práctica, esto significa que se informará a los ciudadanos a través de la Policía Local y Cruz Roja, por ejemplo, de la difícil situación en la que está la ciudad. Además, se harán inspecciones a los domicilios de personas que hayan dado positivo y sus contactos estrechos para ver si están cumpliendo bien el aislamiento. Por el momento, en Vila se han visitado 21 domicilios con casos positivos en los que hay 43 personas aisladas y 31 en cuarentena. Según explicó la directora general de Salud Pública, hay dos de estos domicilios en los que han detectado incumplimientos.
Estos dos domicilios se han derivado al centro de salud para que hagan una vigilancia más detallada. Tanto Ruiz como Font advirtieron de que las personas que han dado positivo, así como los contactos estrechos, que no cumplan de manera correcta con las medidas de prevención y aislamiento se exponen a ser sancionados. En este sentido, tanto la Policía Local de Vila como la de Sant Antoni tienen los listados de las casas de las personas que han dado positivo y se hace una vigilancia activa de estos casos. «Quien no cumpla, será sancionado; nos ponen en peligro a todos», afirmó Ruiz. Se intensifica, además, la limpieza de calles y contenedores.
En el caso de Sant Antoni, las medidas de confinamiento de hace dos semanas sí que han surtido efecto en el casco urbano ya que la tasa de positividad ha pasado del 9,76% del 18 de septiembre al 5,46% registrado el martes, así como la incidencia acumulada ha pasado de los 323,12 casos por 100.000 habitantes a los 212,44 casos de esta semana. Marcos Serra agradeció el esfuerzo a los vecinos y afirmó que «no hay que relajarse y hay que ser precavidos».
Frontera y Font insistieron en que «disminuir la movilidad» funciona para controlar la expansión del virus, por ello, apelaron una vez más a la conciencia y responsabilidad ciudadana.
Cabe destacar la unidad política entre alcaldes de Vila, Sant Antoni, Consell y Govern que se reflejó ayer en esta comparecencia ante los medios de comunicación. Una unidad y apoyo que agradecieron tanto Gómez como los alcaldes y el Consell.
«Medidas bisturí»
Alfonso Rojo, presidente de Pimeef, calificó ayer de “medidas bisturí” las limitaciones en el Eixample de Vila y el casco urbano de Sant Antoni. «Son medidas bisturí que no tienen mucha lógica», expresó. En este sentido, criticó que no se confinaran ambas ciudades enteras «porque la gente se sigue moviendo para trabajar y para llevar a sus hijos al colegio y el virus sigue moviéndose con ellos y entre ellos» y afirmó «que la sensación que
constatado la federación que hay entre los vecinos y otros muchos ibicencos y de otras islas es de miedo y desconocimiento». Rojo lamentó, además, que en este nuevo decreto de medidas no se haya consultado con la patronal.