La planta de triaje para separar residuos está ya oficialmente en fase de pruebas. Esta instalación se empezó a tramitar hace más de diez años y hace dos empezaron las obras. La ejecución del proyecto de construcción se divide en tres fases. La primera de ellas, las obras en sí, ya está acabada y la instalación ha entrado ya en la fase dos, que consiste en hacer pruebas de los equipos. «El pasado 16 de noviembre, el director de la obra recepcionó parcialmente los trabajos (únicamente faltan algunos remates que se acabarán en estas próximas semanas) y fue ese mismo día cuando se empezaron a probar los equipos», según explicó Vicent Roig, conseller de Presidencia y Gestión Ambiental de Ibiza.
Esta fase de pruebas arrancó con el encendido y comprobación de la maquinaria y el pasado día 24 de este mes se empezaron a procesar los residuos de los envases cuyo acopio se había empezado días antes para así poder tener material suficiente como para que fuera procesado por las máquinas. En la nave de recepción, se comprobó que los camiones municipales de basura puedan depositar los residuos de manera correcta, además se indica a los conductores cómo deben maniobrar y se les explica a qué foso va cada tipo de residuo. Otro detalle importante de esta formación para los conductores es que se deben ajustar las puertas automáticas a las alturas de los camiones para que ninguno choque. Una vez que el camión descarga los residuos en la nave, se van introduciendo los residuos en los alimentadores con unas grandes pinzas que funcionan a modo de ‘pulpo'. El residuo primero pasa por un triturador que abre las bolsas y homogeniza el residuo para que así caiga a las cintas desagregado y no apiñado. Así, primero pasa por el tromel (que es una máquina que separa y clasifica los materiales mediante un cilindro que hace la criba con su propio movimiento) y va distribuyendo el residuo según sus características, como el tipo de material o la medida, en los diferentes procesos de separación de materiales.
Esta prueba descrita hasta el momento se hizo con residuos de envases, los que se depositan en el contenedor amarillo, ya que es más limpio que empezar a hacerlo con los residuos ‘en masa', que son aquellos que se depositan directamente en el contenedor gris. En esta primera prueba se fue comprobando cómo cada material iba apareciendo al final del proceso y se pudo visualizar qué es lo que se debe ajustar. Según afirmó Roig, se trata de un proceso «lento porque se deben corregir muchos factores y ajustar máquinas y sensores hasta que la clasificación llegue al 95% de rendimiento, que es lo que se puede alcanzar».
Esta fase inicial de pruebas la ejecutan las empresas que han suministrado las máquinas, que deben comprobar que funcionan correctamente. Una vez comprobado que las máquinas funcionan como deben, se recepcionará la maquinaria. El siguiente paso es que la UTE empiece a hacer sus pruebas de rendimiento, afirmó el conseller de Gestión Ambiental de Ibiza. Cabe destacar que estas pruebas están siendo observadas y seguidas al milímetro por la gente contratada para realizar las labores de mantenimiento de la instalación, así como por algunos operarios, para que así vayan conociendo el funcionamiento de las máquinas y si hay dudas los técnicos de cada empresa las resuelven a los trabajadores.
Tres fracciones
En la actualidad ya se deposita en los fosos de la planta de triaje las tres fracciones de residuos que se tratarán, que son envases ligeros (contenedor amarillo), la fracción orgánica recogida de manera selectiva (es decir, lo que se deposita en el contenedor marrón) y el residuo en masa (los residuos que se dejan en el contenedor gris). La fracción orgánica, por el momento, actualmente únicamente llega de Sant Antoni, que ha iniciado el servicio con unos 25 productores singulares (bares, supermercados...) para realizar la prueba piloto.
Por otra parte, los camiones de residuo en masa (contenedor gris) empezaron a entrar en la planta de triaje este pasado miércoles día 25 para hacer acopio y empezar a tratarlos en los próximos días.
Por lo que respecta a la recogida selectiva de materia orgánica se está distribuyendo entre los ayuntamientos los contenedores de diferentes capacidades para que los ofrezcan a productores singulares, como restaurantes o supermercados, de manera gratuita. «Se empezará a implantar en diferentes fases por ayuntamientos y zonas», apuntó el conseller Vicent Roig, aunque queda por determinar cómo se distribuirán y las fechas.
Instalación clave
La planta de triaje del vertedero de Ca Na Putxa es uno de los proyectos vitales y más ambiciosos de la isla de Ibiza. De hecho, tal y como recordó el conseller Vicent Roig, es «crucial» para posicionar Ibiza en el marco normativo actual en gestión de residuos tanto a nivel europeo, como estatal y balear, así como para poder cumplir con el plan director sectorial de prevención y gestión de residuos no peligrosos de la isla de Ibiza que se aprobó el pasado mes de junio en Ibiza. «No nos podemos olvidar que hemos definido toda una serie de actuaciones y objetivos de gestión en este plan que debemos cumplir», puntualizó Roig.
Como detalles a tener en cuenta hay que destacar que en la construcción de esta planta se ha apostado por «equipos de última generación; se puede decir que es una de las plantas más modernas de Europa», precisó Roig. También destaca que el hecho de que toda la gestión de residuos se haga entre el vertedero y el área ambiental optimizará al máximo el proceso de gestión de residuos, por lo que se podrá ahorrar en desplazamientos y, por tanto, se reducirán las emisiones de CO2.
Además de separar y clasificar los residuos, la planta de triaje también será el punto donde irán a parar los lodos de las depuradoras, que hasta el momento se están enviando a la Península. También irán a parar allí los restos de poda y se podrá fabricar compost agrícola. Tal y como recordó el conseller Roig, el transporte de los lodos a la Península dejará de hacerse el próximo mes de enero.
Más de diez años para su construcción
La construcción de la planta de triaje se firmó en un contrato entre la UTE Giref y el Consell d'Eivissa en el año 2003 y ya estaba prevista en el Plan Director Sectorial de Gestión de Residuos de 2004. Tres años más tarde, la empresa contratista entregó al Consell un proyecto básico que no fue aprobado hasta 2010 y en 2014 se inició el expediente de modificación de contrato que el Consell Consultiu consideró «viciado de nulidad radical».
Este organismo, además, culpó a la máxima institución insular de haber retraso sine die la instalación de la planta de triaje. Finalmente, la construcción de esta instalación empezó hace dos años y ya está prácticamente lista para empezar a funcionar.