El alcalde de Ibiza y secretario general oficioso de la Federació Socialista d'Eivissa, Rafa Ruiz, haría un gran favor al tejido empresarial de la ciudad, de la isla y del resto de España si envía el Plan Estratégico de Turismo Ciudad de Ibiza a Moncloa, a Nadia Calviño y a Reyes Maroto.
Una de las pocas que queda clara en el documento dado a conocer el viernes es que a corto plazo es necesario «contribuir a la supervivencia de las empresas turísticas con ayudas públicas», afirmación que corrobora el lamentable cierre de la agencia de viajes Pepe Tours. Una empresa con solera y rentable que no ha podido llegar a las cuatro décadas de vida porque se ha quedado sin ingresos y no ha podido hacer frente a los gastos.
El objetivo de mantener vivas las empresas se está desvaneciendo porque cada vez es más difícil sobrevivir a un escenario extremo de caída de la actividad. Y aún faltan meses demasiado largos para que salir de ésta.
La destrucción del tejido productivo y su reconstrucción nos costará más en términos de gasto público, caída de renta disponible de empresarios y trabajadores, caída de volumen de negocio de los proveedores, caída de los ingresos fiscales de empresa, empresarios y trabajadores, caída de ingresos de las cuotas de la Seguridad Social, incremento del gasto en prestaciones de desempleo y subsidios y otro tipo de ayudas, caída de la rentabilidad de las entidades financieras por préstamos de dudoso cobro o directamente incobrables que intentarán recuperar con los que sobrevivan…
La respuesta del Gobierno a este dantesco escenario ha vuelto a ser la propaganda. Un plan de 11.000 millones del que solo sabemos que volveremos a saber algo en marzo, es decir, nada. Su anuncio fue el as en la manga que se sacó la factoría Redondo para desviar la atención y pillar con el pie cambiado a la oposición en la comparecencia de Pedro Sánchez el miércoles en el Congreso. Nadia Calviño nada pudo aclarar a senadores y diputados en la Comisión Mixta del jueves, así como tampoco a los agentes sociales en encuentros posteriores, según desveló El Mundo.
El presidente tampoco aclaró nada en su comparecencia del viernes para hablar de la última fechoría conocida de Juan Carlos I porque decir que los 11.000 millones llegarán al balance de las empresas es no decir nada, ya que todo movimiento llega al balance de las empresas de una manera u otra, como sabe el cum fraude que llegó a dar clase de Economía en una universidad privada.
El País informó el jueves que Calviño trabaja en dos líneas de dudosa efectividad para salvar los miles de Pepe Tours del país. Una quita de los fondos ICO y un fondo de capitalización como el que ha permitido rescatar a Air Europa a través de reforzar el capital y de un préstamo participativo.
Obviamente, es mejor eso que nada, pero no es lo que necesita, como acertadamente indica el plan estratégico de Rafa Ruiz.
La quita de los créditos ICO es discriminatoria con las empresas que no optaron por este instrumento, deteriora los balances de los bancos que han cofinanciado las operaciones asumiendo un mínimo de un 10% de riesgo, y no resuelve los problemas de tesorería actuales, ya que esos fondos ya se han gastado.
Que el Estado se convierta en accionista de centenares de miles de pequeñas y medianas empresas que forman el ecosistema turístico de este país se antoja como una empresa compleja, con un elevado coste burocrático y de dudosa efectividad.
Hacen falta ayudas directas como han hecho nuestros socios europeos. Todo lo demás es marear la perdiz.
No es la primera vez que lo digo. Echo en falta a analistas de todo pelaje poner el foco en una de las lecciones que espero que aprendamos de la crisis. Es estratégico para este país reducir la deuda pública y tener las cuentas públicas saneadas, no gastar más de lo que se puede cuando va bien para estar en disposición de dar ayudas públicas, por ejemplo, sin pestañear cuando vienen mal dadas, como ahora. Me sobran razones para razonar por qué no soy optimista.
¿Dónde está Pacha?
El principal grupo turístico de Vila es, con mucha diferencia, el Grupo Pacha. La marca de las cerezas concentra en pocos metros cuadrados del municipio sus tres activos más importantes, la discoteca, el hotel y el Lío. Factura casi 50 millones de euros al año.
Y como es obvio, natural y fácilmente comprensible, el equipo redactor del Plan Estratégico de Turismo de la Ciudad de Ibiza se reúne con Amics de la Terra, un centro de buceo y otro de kayak, la Asociación de Vecinos de Can Misses, un barrio eminentemente turístico como todo el mundo sabe, Casita Verde, uno de los atractivos turísticos por el que suspiran todas las ciudades del mundo y que lleva la marca Ibiza a todo el mundo, un arquitecto de interiores, un diseñador de joyas catalán que se estableció en Formentera en 1971, con la Concejalía de Turismo, con sindicatos, con partidos políticos, con el Consell d'Eivissa, con el Govern balear, pero no con Pacha.
Tampoco es medio normal y genera poca confianza que a la asociación Ocio de Ibiza se le llame Ocio Nocturno.
Del resto del contenido, mejor no hablar porque poco se puede esperar de quien quiere apostar por la naturaleza en una ciudad de 11 kilómetros cuadrados que tiene ses Feixes como si fuera un estercolero y quien quiere aumentar el turismo en temporada baja sin hablar con las aerolíneas.
En 2023 finaliza la implantación del mismo. Será el momento de valorar el impacto del trabajo y si ha logrado que aumente el gasto medio por turista, se ha asegurado el retorno económico de la demanda turística en la creación de empresas y ocupación, y se ha reducido el impacto medioambiental del turismo (sostenibilidad); si se ha incrementado el patrimonio y la cultura a la imagen de la marca, el número de negocios tradicionales y el consumo de productos locales y de proximidad (idiosincrasia propia); si se ha equilibrado el peso del turismo en la economía de la ciudad, se ha reforzado el bienestar de residentes y la satisfacción de turistas y se ha reducido la saturación turística (equilibrio residente/visitante); si se han desarrollado productos y servicios innovadores, se ha implantado el sistema de señalística turística (sic), se ha impulsado la digitalización y ha evolucionado hacia un destino inteligente (innovación); si se ha mejorado la formación a toda la cadena de valor turística, mejorado la empleabilidad de la población local y se han creado modelos de relación laboral dignos (profesionalización); si ha aumentado el número de visitantes y el gasto en temporada baja, si se han mantenido abiertos el mayor número de establecimientos en temporada baja y se ha prolongado la ocupación fuera de temporada alta (desestacionalización); si se ha diversificado e incrementado los mercados de turismo internacional, se ha expandido el turismo nacional y regional y se ha diversificado el perfil del turista (diversificación). Se admiten apuestas.
Cuestión de prioridades.
Como ha quedado demostrado con el estudio exprés de la UVI móvil 24 horas en Santa Eulària cuya implantación fue anunciada el martes por la consellera de Salud, Patricia Gómez, después de que unos días antes su marido, el gerente del Servicio de Salud, Juli Fuster, dijera que estaba en estudio, el plus de insularidad de los sanitarios es una cuestión de prioridades.
Periódico de Ibiza y Formentera publicó el pasado domingo que equiparar el plus de insularidad a los sanitarios tendría un coste anual de 7,2 millones, una cifra asequible de partida y que probablemente se reduciría en una negociación.
No hay excusas. Se quiere resolver un problema grave que afecta a la sanidad pública o no se quiere.