La reactivación de Área de Circulación Restringida (Acire) de la Marina a partir de hoy, tras más de un año de acceso libre al barrio, ha levantado ampollas entre los comerciantes. Consideran que la medida perjudicará la actividad comercial en la zona y que se podría haber mantenido la situación actual lo que resta de año.
Por contra, la medida es aplaudida por los vecinos, que apuntan que la pacificación del barrio mejora la calidad de vida de todas las personas que están por la zona de compras o paseando.
El Consistorio informó en una nota esta semana que el nivel de tráfico en los barrios del casco histórico se ha incrementado «notablemente». En el mes de julio circularon en dirección a los barrios de la Marina y Dalt Vila más de 10.000 vehículos, un nivel superior al del mes de mayo de 2019 (8.949) cuando habitualmente se activaba la restricción de tráfico. Es por ello que consideran que deja de ser necesaria la suspensión del régimen Acire de la Marina.
Los comerciantes
«Por las fechas que estamos me parece ya ridículo ponerlo en marcha», criticó ayer Joaquín Manuel Senén, presidente de la Asociación de Comerciantes del Puerto de Ibiza. «Sabemos que a finales de agosto empieza a bajar la temporada y no pensábamos que este año fueran a ponerlo en marcha», explicó, al tiempo que solicitó al Consistorio que del mismo modo que ha tenido ahora en cuenta el incremento de tráfico tenga en cuenta su descenso, «pero nos tememos que la situación ya se mantendrá hasta noviembre».
La puesta en marcha del Acire hace, según Senén, que la gente se asuste y no acuda al barrio. «Muchos clientes dejan de venir y los proveedores ya no pueden entrar», aseguró.
«No estamos conformes con este sistema. Sabemos que el futuro puede estar en la peatonalización, pero no de la manera que se está haciendo. Para nosotros la gestión es nula. Se quitan aparcamientos sin haber dispuesto antes otros espacios para los coches» y quiso recordar las promesas hechas en campaña electoral de varios aparcamientos por la zona «de los que no se sabe nada».
Se sumó a las críticas la diseñadora Melania Pires, que cuenta con un local en la zona donde vende sus prendas. «La Marina está yendo bien, dentro de la situación actual y ahora el Ayuntamiento va y plantea cerrar el barrio. ¡Nos hunde! Después de lo que hemos pasado. Todas estas ocurrencias nos ponen en una situación incierta a las familias que trabajamos en la zona», consideró.
Recordó que en el barrio siempre habían entrado coches «sin que nunca se se haya producido ningún accidente» y señaló que la Marina «no puede ser como una urbanización privada en la que sólo puedan aparcar los vecinos».
Por otra parte, la asociación valoró en una publicación en la red social Facebook como un «engaño» que no se modifique la aplicación de la zona azul en la Marina con la reactivación del Acire, al permitirse el pago de hasta dos horas de aparcamiento cuando sólo se puede acceder 20 minutos.
Los vecinos
Por parte de la Asociación de Vecinos de la Marina valoraron positivamente que se contemple el cierre del Acire. Su presidente, José Vaquer, señaló que por las tardes se produce «un carrusel continuo de vehículos que da vueltas al barrio en el momento en el que hay más gente de compras por la zona», algo que resulta «molesto».
«Nos solidarizamos con los comercios y la restauración del barrio, sabemos que ellos han sido los más perjudicados por la realidad que hemos vivido y no puedo dejar de expresar mi admiración y estima por ellos, como vecinos de la zona que son, pero es importante que se den cuenta de que el tráfico rodado no mejora la calidad de vida del barrio».
A modo práctico, planteó que si se consultara a todos los turistas y visitantes si prefieren que circulen coches por el barrio o que no lo hagan, la mayoría abogaría por la suspensión del tráfico. «Con las aceras estrechas y la situación de aglomeración de gente que hay, el resultado entre sus clientes, que son todos aquellos que pasean por el barrio, sería clara», pronosticó.
También lanzó un mensaje a la administración local, con el deseo de que «pronto se pueda disponer de mejores condiciones de aparcamiento para que el acceso al barrio por parte de todos, libremente, sea el mejor posible».
Acceso restringido a partir de hoy
La reactivación del Acire de la Marina supone que aquellos vehículos que no cuenten con autorización sólo pueden acceder al barrio durante 20 minutos. Un sistema de videovigilancia controla el acceso mediante la identificación de matrículas de los vehículos. El incumplimiento de la restricción supone una multa de 90 euros. Las operaciones de carga y descarga se podrán realizar de las 7 a las 11 horas y de las 16 a las 18 horas.