Las últimas semanas han sido complicadas para las empresas ibicencas. A la falta de personal, provocada por la incertidumbre que ha generado la pandemia y que ha llevado a muchos trabajadores temporales o fijos discontinuos a no venir a Ibiza al no tener asegurados un mínimo de meses de contrato, se ha sumado la quinta ola de la pandemia de COVID-19, que ha mermado todavía más muchas plantillas y ha obligado a reestructurar la operativa.
«Hay empresas que en una semana o diez días se han encontrado a lo mejor con un 10% de la plantilla con el que no podía contar y eso se ha notado», explicó ayer el presidente de la Petita i Mitjana Empresa d'Eivissa i Formentera (Pimeef), Alfonso Rojo.
Según el presidente de la patronal, el problema ha afectado a todos los sectores, pero principalmente al de la restauración. Si bien apuntó que no se ha dado ningún brote entre las empresas asociadas, el hecho de que se produjera un caso positivo obligaba a aquellos trabajadores que habían estado en contacto estrecho con esa persona a mantener una cuarentena. «Algunas empresas han tenido que hacer reestructuraciones operativas, se han tenido que recortar turnos y algunos restaurantes y bares que hacían turnos de mañana y de tarde han tenido que prescindir de las mañanas», ejemplificó.
En cuanto a la falta de personal, se trata de un problema generalizado que Rojo espera que reduzca el impacto en las empresas a finales del mes de agosto con el descenso de la actividad, pero de momento algunas empresas hacen malabares para estar abiertas y muchas han prescindido de una parte de su actividad.
Entre el sector hotelero, el presidente de la asociación de Sant Antoni, Juanjo Planells, indicó que algunos establecimiento habían decidido incluso no abrir este verano al no poder cubrir las necesidades de personal de sus servicios.
«Los trabajadores no han venido por la incertidumbre de la temporada. No hemos sabido hasta el último momento cuando íbamos a abrir, si íbamos a parar o no… todo eso ha hecho que mucha gente no se desplace a Ibiza a trabajar en verano al no poder garantizar unos meses de trabajo», explicó Planells, que consideró que esta falta de personal será un problema puntual de esta temporada.
Aprovechó la situación para reivindicar el impulso a la Escola d'Hosteleria por parte del Consell y del Govern para poder formar a personal cualificado en la Isla que ayude a cubrir las necesidades de las empresas.
Alfonso Rojo indicó que, aunque este año no se está produciendo la ocupación de un año normal, el trabajo para muchas empresas «sería el equivalente al del año 2019 en el mes de agosto», dado que «la operativa es la misma, le tengas que servir tres cajas o diez cajas al cliente», algo que hace que se note más esta falta de personal.
Por otra parte consideró que las expectativas para septiembre y octubre son positivas, teniendo en cuenta la estabilización de la situación sanitaria gracias a las vacunas. Unos meses en que puntualizó que se debe ser realista y no esperar una gran ocupación, dado que con el inicio del curso escolar siempre baja la presencia de turistas.
Molt ben dit Pilar i MP, afegiría potser que s'escola de Hoteleria a Sa Coma duu 15 anys "en marxa" amb pressupost i tot i no es veu cap obra feta i acabada, que els empresaris diuen, perquè no és veritat, que sa formació es cara, quan és totalment gratuïta, i que sí, si rebutjes una oferta laboral, no tens cap tipus de sanció, però tens que justificar-ho com a tràmit light, abans també els cursos de formació eren obligatoris i ara són totalment voluntaris, i ara ... qui vol anar 4-5 hores diàries a s'hivern per formar-se, quan estan per Thailandia, Cuba o Mèxic visquent amb quatre reals, ¿qui els farà tornar dons? Està clar que falta "mano dura" i tornar a fer obligatòries moltes coses com abans.