La buena marcha de la temporada turística en Ibiza y Formentera en términos de ocupación de plazas hoteleras y las buenas previsiones de reservas para este próximo mes de septiembre y octubre han desatado el optimismo entre las principales cadenas hoteleras de Ibiza, que asisten con satisfacción a un mes de agosto que hubieran firmado hace apenas unos meses, cuando la incidencia de la pandemia en Europa hacía presagiar otra temporada perdida, similar a la de 2020, el año del virus.
Aunque las cifras de negocio aún no alcanzan a las de 2019, los hoteleros están obteniendo esta temporada unos ingresos superiores a los que habían estimado, a pesar de que en algunos casos se han aplicado descuentos del 10% o el 15% o se han variado los precios en función de la situación sanitaria o las decisiones de los gobiernos europeos. Porque si algo está caracterizando a este año en la industria turística pitiusa es la flexibilidad y la habilidad de los empresarios para adaptarse a las circunstancias cambiantes.
A este clima de optimismo se añade el anuncio de las principales aerolíneas europeas de que prolongarán sus vuelos a Ibiza hasta mediados de noviembre, dos semanas más de lo que acostumbraban otros años, ante la gran demanda de billetes que están registrando.
Flexibilidad
«No va a ser una temporada histórica en cuanto a recaudación en los hoteles con respecto a 2019. Ese fue un año muy bueno, y 2021, por suerte, no va a ser una temporada mala, de forma que la mayoría de los establecimiento cerrarán contentos por los meses que se ha trabajado», expresa la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), Ana Gordillo, quien admite que una de las claves para mantener las cuentas ha sido precisamente la flexibilidad con la que se han manejado a la hora de hacer ofertas, subiendo o bajando las tarifas en función de los acontecimientos. No obstante, Ana Gordillo calcula que, de media, los precios actuales están oscilando en torno a los de 2019, «aunque no en todos los casos».
Uno de esos casos es el de la cadena Playasol, la mayor de Ibiza, que mantiene cerrados esta temporada 18 de sus 35 hoteles en la isla y que en 2019 operaba con 4.000 habitaciones y una oferta de 10.000 camas. Este verano ha rebajado un 15% el precio medio de sus camas en comparación con el año 2019, ante unas circunstancias que la compañía está gestionando «con mucha responsabilidad y precaución toda la temporada», según destaca un portavoz a este rotativo.
Más optimista es Palladium Hotel Group, la cadena ibicenca que reconoce que estos meses están suponiendo «una importante recuperación con respecto al año anterior», lo que se refleja en el hecho de que ha podido abrir todos sus hoteles este verano. «La presente temporada se inició más tarde que en 2019 y arrancó de forma progresiva, pero se están alcanzando buenas cifras de ocupación y, en estos momentos, los datos están siendo más positivos de lo esperado», explica un directivo del grupo empresarial, que está registrando unos índices de ocupación media de 20 puntos por debajo de 2019, «aunque estamos muy satisfechos con el transcurso de la temporada y confiamos en que se cierre con datos positivos».
Para el grupo Sirenis Hotels & Resorts, este verano también está siendo «mucho mejor de lo esperado, aunque no estamos ni mucho menos en la normalidad pre-covid», expresa Pedro Matutes Barceló, CEO de la cadena. «En nuestros hoteles familiares de turismo británico, los precios están en línea con 2019, y en este momento la ocupación media es del 80%». De cara a septiembre y octubre, las previsiones de ocupación son inferiores, aunque precisa: «Si nos mantenemos en la misma situación que hoy, creemos que habrá una importante subida de las reservas a última hora», precisa. En el caso del hotel Twiins, en Platja d'en Bossa, Sirenis ofrece esta temporada unos precios bastante superiores a 2019 debido a que se llevó a cabo una profunda reforma del establecimiento, así como su reposicionamiento en el mercado. Al igual que el resto de hoteles, esta cadena confía en incrementar las ventas de última hora para septiembre, que ahora se encuentran alrededor del 50%.
Diego Calvo, CEO de Concept Hotel Group, con sus seis hoteles abiertos en Ibiza, se muestra satisfecho y considera que el mes de agosto está siendo «muy bueno», con una ocupación similar a la de 2019 y unos precios, tanto en julio como en agosto, un 10% inferiores a los de hace dos años. «Empezamos a abrir en abril, y conforme ha ido avanzando la temporada hemos ido cada vez mejor, y septiembre y octubre también pintan bien», expresa Calvo, que reconoce asimismo que hubiera firmado esta situación hace apenas tres o cuatro meses, cuando la incertidumbre era la tónica general en la industria turística de Ibiza. Concept Hotel Group, que en temporadas anteriores dependía en un 50% de los clientes británicos, ha logrado cubrir este mercado con turistas de otras nacionalidades y ha mantenido su oferta de conciertos, exposiciones o cine al aire libre. Además, esta cadena hotelera ibicenca ya está recibiendo muchas reservas de cara a 2022, «algo que nos estimula especialmente».