El mal tiempo no acompañó al día en el que se abría la veda del raor. Si bien algunos pescadores recreativos se atrevieron a enfrentarse a las más que incómodas condiciones meteorológicas, los pescadores profesionales prefirieron mantener su barcos amarrados a la espera de que mejoren las condiciones.
Así, en el muelle de pescadores de Sant Antoni, mientras atraca el Bribona II, su patrón, Jose, habla de que ha podido ver a no más de siete u ocho pescadores recreativos «pasando un mal rato mientras intentan pescar raors», Toni de Can March y Nicolás Vallespir, patrones del Algi y del Juan respectivamente, que se dedican a la pesca profesional de este preciado pescado, estaban este miércoles por la mañana en tierra poniendo al día sus artes: «Hoy [por este miércoles] hace muy mal tiempo para salir a hacer el raor», explica March, «a ver si mañana o pasado está mejor para ir hasta Formentera». Jose consultaba su teléfono y confirmaba que su sobrino, que junto a su pareja ocupa una de las pocas embarcaciones que se han atrevido a salir a pescar, acababa de pescar su quinto raor de la jornada.
Recreativos y profesionales
Las diferencias a la hora de pescar el raor son, evidentemente, muy distintas en el caso de la pesca profesional y la pesca recreativa. En el caso de la recreativa, existe un número máximo de capturas permitido: 50 piezas por persona con un máximo de 200 por embarcación. Tampoco pueden echar sus sedales en zonas protegidas. Los pescadores profesionales sí pueden faenar en ciertos espacios de la reserva, además no tienen los límites de capturas que sí tienen los pescadores recreativos.
El patrón del Algi pone el foco en la importancia que se le da a la fecha en la que se abre la veda del raor: «Es como una fiesta», asegura. Este acontecimiento, tal como asegura Toni March, atrae a pescadores de otros lugares y «cada año viene más gente, incluso de otros lugares: vienen valencianos, mallorquines», e incluso anima a dedicarle unos días de pesca a quienes no suelen dedicarle tiempo a esta afición: «Hay gente que no toca un anzuelo en todo el año, y en cuanto se abre la veda del raor se vuelven locos». «Hay tanta hambre el primer día que enseguida lo tienen todo seco», explica su compañero, Nicolás Vallespir.
Vallespir, patrón del Juan, explica que «con siete u ocho kilos ya has hecho el jornal», y saca pecho contando que la vez que más raors pescó llegó a puesto con 12 kilos.
Eso sí, también explica que una captura normal, de entre siete y nueve kilos, se consigue «trabajando toda la jornada, con tres cañas y pastoreando de una a otra todo el día». Una jornada de pesca comienza a las 03.00 horas y se alarga «hasta las diez y media u once de la noche». Se realiza en su mayor parte en Es Freus, según explicaba este miércoles Vallespir.
En cuanto a la sobreexplotación de esta especie, March opina que «sí, está muy sobreexplotado» y su opinión al respecto es que «deberían alargar la veda, por lo menos, 15 días más para darles un poco más de tiempo a desovar». Asegura haber observado que en muchas de las hembras de raor todavía conservan la huevada una vez en el plato.
Sin embargo, su compañero,en principio no acaba de estar de acuerdo con la impresión de March sobre la sobreexplotación de este pescado, aunque acaba reconociendo que «lo que pasa es que se le da tanta caña el primer día que se pasan. Si en una higuera le recoges todos los higos se acaban, es lo que hay». En principio Vallespir tampoco comparte la observación de su compañero acerca del desove de las hembras. «Yo no lo he notado», argumenta, a lo que March responde que «eso es por que no los comes», para que finalmente el patrón del Juan acabe reconociendo que cuando los consume es cuando, por fin, se reserva la última jornada de pesca del raor para su propio consumo.
Parásitos
Hay una observación más a la que March quiere poner el foco. Y es que, tal y como confirma su compañero, el patrón del Bribona II, «es normal que con la pesca, por ejemplo del gerret se capture algún ejemplar de raor fuera de la temporada y últimamente hemos detectado que algunos ejemplares presentan unas manchas blancas», José explica que «los biólogos del Consell los estuvieron analizando, y, en principio, parece que se trata de un parásito que no influye de ninguna manera a su consumo».