La réplica de un galeón del siglo XVI, el Andalucía, atracó ayer pasadas las 09.30 horas en el muelle de levante del puerto de Ibiza captando de inmediato la atención a numerosos curiosos en su paseo matutino por el puerto.
El galeón Andalucía zarpó este pasado miércoles de Cartagena, donde participó en el festival marítimo Escala a Castelló junto a la réplica de la Nao Victoria, el pailebote de Torrevieja de principios del siglo XX Pascual Flores y la goleta Cervantes Saavedra. Pero antes estuvo navegando por Alemania y Francia antes de volver a España por Cartagena para continuar con su ruta que le ha llevado al puerto de Ibiza hasta el día 24.
El galeón cuenta con una tripulación de entre 20 y 25 personas cuyo capitán es Pablo Tejada. Se trata, según explica el mánager de la embarcación, Ulises Custodio, de una réplica de un galeón «estándar» del siglo XVI, de ninguno en concreto. Se construyó en 2009 para formar parte como pabellón de Andalucía de la Exposición Universal de Shanghai en 2010. De esta manera, el primer viaje del galeón Andalucía fue desde Sevilla a Shanghai, un viaje de seis meses. «Desde entonces, hemos estado surcando todos los mares, hemos cruzado el Atlántico, hemos hecho el Caribe, hemos subido hasta Canadá, a los grandes lagos y luego de vuelta. Solo nos falta cruzar el Pacífico», precisa Custodio.
El galeón, que pertenece a la Fundación Nao Victoria, tiene 51 metros de eslora y 10,12 de manga y cuenta con tres mástiles y siete velas. Está construido con madera de iroco, tal como se construían hace 500 años, aunque algunos de los materiales utilizados, como las velas y los cabos, son sintéticos «en principio se hicieron los cabos de manila, como originalmente, pero hubo que cambiarlos por durabilidad». También cuenta con 12 cañones, que aunque están inutilizados, también están fundidos de manera que son una fiel réplica de los que llevaban estas embarcaciones cinco siglos atrás.
Hasta el último detalle. Los elementos que forman parte del galeón Andalucía están cuidados hasta el más mínimo detalle, incluyendo una docena de cañones, o las estancias más acomodadas destinadas a los armadores de aquellos tiempos. Foto:s DANIEL ESPINOSA
Ulises define el galeón como «el barco mercante de la época», en la que las naos y las carabelas eran las que se dedicaban a la expedición y exploración. De diseño español, estas naves «llevaban a los colonos desde España hasta América y volvían cargados de oro, plata, piedras preciosas y otras cosas», explica Custodio, quien afirma que «estos barcos fueron los reyes del mar durante tres siglos».
Sin embargo, también existen algunos inconvenientes, que con el paso de los siglos se han podido solucionar que condicionan la navegación en este tipo de naves. El mánager de la embarcación explica que, aparte del peso de las velas «que, por ejemplo la verga de la mayor, pueden alcanzar hasta los 1.000 kilos de peso y que se arrían y recojen a mano», el diseño los galeones solo les permite navegar con el viento de popa: «Se trata de velas cuadradas, que solo pueden ir con el viento de popa, vientos portantes». Un inconveniente que en el siglo XXI puede sortearse con el uso del motor que se ha incorporado a esta réplica, aunque según cuenta Ulises, alrededor del 65% de las travesías se hacen a vela.
Otro inconveniente que explica el tripulante del galeón es que «al igual que están diseñados para navegar con el viento de popa, también lo están para recibir de la misma manera al mar», lo que significa que al recibir las olas de la manera adecuada la embarcación «las surfea y se comporta de manera adecuada». Sin embargo, cuando tiene que afrontar las olas por la proa «se pasa un poco mal».
Aventuras en alta mar
Custodio recuerda una ocasión, navegando de Taiwán a Hong Kong, cuando cogieron la cola de un tifón y «estuvimos tres días en mar abierto sin poder movernos por que nos venían olas de todos lados». También recuerda anécdotas más agradables, como cuando al cruzar el Atlántico yendo a vela «nos acompañaron un grupo de tres ballenas durante tres días pegadas al barco las 24 horas».
Puertas abiertas
El galeón tiene las puertas abiertas de 10.00 a 19.30 horas hasta el día 24. El precio de la entrada es de siete euros para adultos y 4 euros para niños mayores de cinco años (los menores de esa edad no tienen que pagar entrada). También existe un bono para familias con el que por 18 euros pueden entrar dos adultos y tres niños. Los visitantes que se acerquen al muelle de Levante podrán subir al galeón y disfrutar de todas sus estancias: el castillo de proa, donde se alojan las anclas; la cubierta de tolda, donde se encuentra la rueda del timón y las ayudas a la navegación; la zona noble ubicada bajo esta estancia y dónde se alojaban los armadores en la época. También se puede visitar la zona de artillería, que es donde se encuentran los cañones, pero también una exposición informativa y elementos de atrezzo como los cois donde dormían o las mesas que utilizaban, por ejemplo.