El 19 de noviembre del año 2001 abrió sus puertas el Hospital de Día de Salud Mental del Área de Salud de Ibiza y Formentera. Este nuevo recurso, ubicado entonces en el Centro de Salud Es Viver, comenzó su andadura con quince pacientes con diagnóstico de esquizofrenia paranoide. La persona que puso en marcha el nuevo servicio, hoy ya jubilada, fue la doctora María José Maicas, quien fue coordinadora de este recurso y jefa del Servicio de Psiquiatría durante unos años.
Hoy, veinte años después, se ha atendido a 721 personas y la unidad vuelve a abrir sus puertas, en una jornada abierta, para celebrar el vigésimo aniversario.
El equipo directivo del Área de Salud de Ibiza y Formentera, ha inaugurado, dentro de los actos conmemorativos de este vigésimo aniversario, la exposición de fotografías Jo no soc el meu diagnòstic, ubicada en el pasillo entre los edificios D y B, en la planta baja. La jornada de puertas abiertas que también se celebra hoy durante la mañana ofrece a los participantes la posibilidad de conocer por dentro la unidad y participar en una serie de talleres organizados por el equipo del Hospital de Día de Salud mental.
En 2001 el equipo del Hospital de Día de Salud mental lo formaba una psiquiatra coordinadora, dos enfermeras y dos monitores de laborterapia; algo más tarde se incluyó la figura del psicólogo. En la actualidad, el equipo está formado por una psicóloga, Sílvia Marí, que además coordina la unidad; un psiquiatra, el doctor Carlos Caballero; una enfermera, Marta Morey; una terapeuta ocupacional compartida con la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría, Elena Llorente; dos monitores ocupacionales, Yolanda Carvajal y Fidel Olaya; y una trabajadora social que forma parte del resto de servicios de la red de Salud Mental de adultos, Concepción Costa.
Desde noviembre de 2001 a septiembre del año 2014 este dispositivo estuvo ubicado en la Unidad de Salud Mental Es Viver. En octubre de 2014, con la inauguración del nuevo Hospital Can Misses, se trasladó al edificio G de las nuevas instalaciones.
El Hospital de Día de Psiquiatría es un dispositivo integrado en la red asistencial para el tratamiento activo de los trastornos mentales severos en régimen de día. Presta un servicio de transición entre el tratamiento ambulatorio y la hospitalización completa convencional (Unidad de Hospitalización Breve). De esta manera se evita al máximo la desinserción de la comunidad y del entorno familiar.
Este recurso proporciona un tratamiento de hospitalización parcial, intensivo, estructurado y de duración limitada, y ofrece una atención adecuada para un abordaje intensivo multidisciplinar de los pacientes que, por sus características, estén haciendo uso de muchos recursos, se encuentren en situación de crisis o haya una sobrecarga en el manejo familiar. Es un dispositivo abierto, al que se acude de manera voluntaria, por lo que la participación del usuario y la familia es imprescindible.
Los abordajes terapéuticos son de carácter multidisciplinar e intensivos, e incluyen tratamiento psicofarmacológico, psicoterapéutico, ocupacional y actividades de rehabilitación y reinserción social. Se ofrece un tratamiento activo, con la intención de evitar la pasividad y la acomodación. El paciente asiste voluntariamente al Hospital de Día para hacer un tratamiento, no a recibirlo, en base a sus capacidades personales. Es un abordaje con objetivos individuales previamente marcados, que se van revisando a lo largo de su estancia.
El punto de partida esencial es que los pacientes dispongan, por una parte, de una capacidad mínima de autocontrol y, por otra, de un soporte familiar y/o social capaces de llevar a cabo una labor efectiva de contención.
El Hospital de Día se fundamenta en la creación de un ambiente terapéutico formado por tres ejes: los pacientes, el equipo terapéutico y el espacio del Hospital de Día. En este ambiente deben realizarse una serie de actividades que cumplan la función terapéutica.
El Hospital de Día ofrece catorce actividades grupales a los pacientes que se encuentran en régimen de hospitalización parcial, entre los que se encuentran el grupo de llegada y de fin de semana, talleres de expresión escrita, de manualidades y laborterapia, de jardinería, de prensa, entrenamiento en relajación, de habilidades sociales y resolución de problemas, de educación para la salud, o de trabajo corporal entre otros. Además, dentro del programa ocupacional el Hospital de Día participa anualmente en el proyecto terapéutico «Un mar de posibilidades».
Los pacientes que asisten acuden derivados desde la Unidad de Salud Mental Es Viver y la Unidad de Hospitalización Breve del Hospital Can Misses, principalmente. Tras ser derivados al servicio, se valora la inclusión del paciente por medio de una primera entrevista y, si el ingreso procede, se asignan los facultativos referentes. Al finalizar el tratamiento, se programa el alta, la modalidad de seguimiento posalta, si se precisa, y la derivación a la Unidad de Salud Mental y/o a otros recursos comunitarios.
Para Sílvia Marí, psicóloga y coordinadora de esta unidad «los objetivos que se marca la Unidad son dobles. Por un lado, terapéuticos, y engloban las tres dimensiones siguientes: actuar sobre el cuadro clínico del paciente, sobre las circunstancias sociales y familiares y sobre las secuelas del proceso patológico o de los tratamientos. Y, por otro lado, de gestión. Se persigue también disminuir el número de ingresos y reingresos en la Unidad de Hospitalización Breve, reducir el tiempo de estancia en esta Unidad y minimizar el uso de servicios de atención de urgencias y otros recursos sanitarios. Por último, se pretende también promover que los familiares participen en el proceso terapéutico y ofrecerles, a su vez, apoyo».