Ayer Martes Santo, la lluvia hizo acto de presencia en torno a las 20.00 horas para convertirse en la protagonista de la procesión del Santo Cristo Yacente, impidiendo la marcha de la imagen titular desde la Catedral por las calles de Dalt Vila.
Tras una misa que comenzó a las 20.30 horas, y en la que se honró a los miembros que han fallecido durante estos últimos meses, fueron los propios cofrades los que tomaron la decisión de quedarse en el templo ante lo peligroso del recorrido, tanto para ellos como para la imagen en sí. En su lugar se hizo una pequeña marcha por la Catedral con la talla hasta su lugar habitual.
Todo ello entre una gran emoción al ritmo de la música de la agrupación musical del mismo nombre que la cofradía y después de que el Santo Cristo hubiera quedado expuesto fuera de la urna para que pudiera ser admirado por quien lo deseara. Un hecho que se recuperó en 2018 después de varias décadas sin hacerse. Ahora, la imagen descansará en la catedral hasta la esperada procesión del Viernes Santo.