Vecinos y hosteleros de la zona de Caló d'en Serral, entre las playas de s'Estanyol y Cala Pinet, perteneciente al municipio de Sant Josep, llevan tiempo denunciando la falta de limpieza en la costa, una suciedad que todavía se hace más patente ahora que comienza la temporada turística.
«Choca ver estos paraísos turísticos tan vacíos en pleno mayo. Otros años esta playa estaba colmada de turistas a estas alturas del mes», explicó Javier Manzano, hostelero de uno de los restaurantes a pie de playa con la terraza sobre la arena.
Uno de los motivos de esta situación es que los niveles de acumulación de posidonia oceánica en la orilla son muy altos. En este sentido, Carlos Paya, uno de los vecinos de la zona, denunció a Periódico de Ibiza y Formentera que en abril la máquina retropala empezó a realizar trabajos de retirada de estos restos vegetales, pero no han regresado.
Perjuicios
Una situación que está perjudicando también a varios hoteles ubicados en esta zona del municipio de Sant Josep.
Sin ir más lejos, Abdoulaye Donzo, encargado del apartahotel Beach, que está justo enfrente de la playa Caló d'en Serral, destacó que la acumulación de restos provoca que los clientes prefieran ir a otras calas más limpias y cuidadas.
«Esta situación nos afecta económicamente. No tenemos otra opción que recomendar a los turistas playas ubicadas fuera de la bahía, como Cala Comte», puntualizó mientras observaba el paisaje desértico que ofrecía ayer esta playa.
Apenas cinco personas, algunas de ellas rodeadas de una extensa pradera de posidonia oceánica, estuvieron ayer tomando el sol en esta zona de Sant Josep. Es el caso de los vecinos Encarnación Cantero y Víctor Hernández.
Ambos se trasladaron hasta Caló d'en Serral para disfrutar de un día de playa que «no fue completo» por la suciedad que se encontraron en la costa. Ninguno optó por bañarse ayer. Sí lo hicieron algunos turistas alojados en los hoteles cercanos. No obstante, las praderas de posidonia sumergidas de aspecto frondoso y compacto dificultó su salida del agua.
En este sentido, no solo esta orilla padece la acumulación de restos, también las zonas contiguas de la bahía albergan grandes niveles de suciedad, especialmente la playa de s'Estanyol. Este rincón idílico e íntimo de la localidad lleva semanas padeciendo grandes montones de posidonia, que han formado montículos de vegetales de más de tres metros de altura.
En este sentido, en esta zona de Sant Josep se encuentra uno de los restaurantes que más está sufriendo esta «insostenible» situación, y es el restaurante Sa Flama, en primera línea de playa.
Según Salvador Rendón, el gerente de esta local, el estado de las costas es «deplorable» este año. Subrayó que estos restos se han ido acumulando en la playa a raíz de los temporales, desprendiendo, en ocasiones, un olor muy fuerte. «Ha empezado la temporada turística y tenemos menos clientela que otros años. No podemos seguir así», explicó. Asimismo, subrayó que desde la gerencia del restaurante se pusieron en contacto con el servicio de limpieza de playas del Ayuntamiento para que retiren con maquinaria pesada toda la posidonia. Además, Rendón puntualizó que en esta zona hay un torrente que dirige el agua hacia la costa y se «lleva media playa». «Tienen que arreglarlo, es una vergüenza», subrayó.
Perjuicios
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Sant Josep adelantaron a este medio que antes del temporal ya empezaron a retirar la posidonia, pero la lluvia la ha vuelto a arrastrar. Relataron que a causa de la climatología el Servicio de limpieza de playas del Consistorio ha visto alterada su planificación a la hora de adecentar estas playas, suponiendo un pequeño retraso en su cometido.
«Tenemos dos tractores. Uno en Platja d'en Bossa y otro en Cala de Bou. Cuando podamos disponer de ellos, retiraremos los restos aquí», explicaron. Además, según dichas fuentes, de momento no pueden evacuar la zona porque hay vegetales húmedos que se encuentran en zonas sumergidas, algo que está prohibido, según el decreto de Posidonia. «Debemos dejar que se sequen. Tenemos terrenos para depositarlos durante la temporada de verano con el objetivo de devolver los restos marinos cuando llegue el invierno», apuntaron.