La imagen ha sido tomada este mismo jueves desde una terraza de la Avenida Santa Eulària de Vila y demuestra la inutilidad del toldo que fue instalado hace unos días para, teóricamente, proteger a todos aquellos residentes y turistas que esperan un taxi y que deben esperar bajo un sol de justicia.
La sombra no da ni de cerca en la acera donde esperan los clientes y, como se puede ver en la imagen, ni siquiera protege a los taxis que pudiesen esperar a residentes en la parada. La sombra acaba, al menos durante la mañana, en la mediana de la Avenida Santa Eulària, donde evidentemente no hay ni clientes ni taxis.
A pesar de la espectacularidad del toldo, que acabó de instalarse este lunes, se demuestra que no cumple el cometido por el cual el concejal Aitor Morrás encargó su instalación con varios meses de retraso y ya muy avanzada la temporada de verano.