El fondo irlandés propietario del edificio okupado de es Viver, en la ciudad de Ibiza, ha decidido derribar el inmueble para ejecutar una promoción urbanística formada por 23 viviendas. Así lo indicaron este viernes fuentes conocedoras del proyecto, que señalaron que «todo está a la espera de que el Ayuntamiento de Ibiza diga cuándo se puede proceder al derribo y poder comenzar las obras».
La comercializadora en Ibiza será la inmobiliaria Cecilio, desde la cual indicaron que «ya hay reservadas algo menos de la mitad de las viviendas». Esta inmobiliaria ibicenca representa en el caso de este proyecto a la comercializadora Altamira, participada a su vez por el fondo italiano doValue y el Banco Santander.
El nuevo complejo, ubicado en la calle Cosme Vidal Llàcer, en el barrio de es Viver de Ibiza, tendrá bajos y áticos de entre 106 y 78 metros cuadrados. Los pisos tiene precios que oscilan entre los 409.000 y los 555.000 euros, según figura en la web de la promoción. Contarán todos con plaza de aparcamiento y trastero y una piscina comunitaria.
La historia
El edificio fue pasto de las llamas en mayo de 2019. Un enfrentamiento entre los okupas que vivían en el inmueble se saldó con un grave incendio, que tuvo como resultado el fallecimiento de una persona. El inmueble quedó inutilizado para su posterior construcción, por lo que la propiedad tomó la decisión de derribarlo y «empezar de cero», según señalaron fuentes conocedoras del proyecto.
Las mismas fuentes recordaron que, antes del suceso, la propiedad «pidió ayuda en varias ocasiones al Ayuntamiento de Ibiza para sacar a los okupas». «Pero», añadieron, «no les hicieron caso porque entonces lo de los okupas estaba bien visto». Tras el incendio, el Consistorio atribuyó a la Sareb la propiedad del inmueble. «En realidad», recordaron este viernes las fuentes consultadas por Periódico de Ibiza y Formentera, «la Sareb había tenido la deuda pero, mucho antes del incendio y cuando el edificio ya había sido ocupado, se la vendió al fondo irlandés. Este la ejecutó y se hizo con la propiedad. No tenía sentido que en el momento del incendio el Ayuntamiento dijera que el edificio era de la Sareb porque, en realidad, nunca lo fue».
Lo cierto es que un año antes del incendio, en 2018, el Ayuntamiento retiró toneladas de escombros y basuras del interior del edificio. Previamente, había procedido a retirar una grúa de obra que aún permanecía en la zona y había llevado a cabo tareas de desratización de la zona. Vila, además, llegó a tapiar el solar para dificultar el acceso de los okupas, cosa que no consiguió.