La central eléctrica de Ibiza debía dejar de utilizar fuel en 2019. Esa era una de las condiciones que fijó la Comisión Balear de Medioambiente para permitir una prórroga de un año (2020) al cumplimiento de la normativa europea de emisiones de gases contaminantes.
Esa imposición no se cumplió y han pasado cuatro años hasta que, por fin, la central ha cerrado el grifo.
El cierre de la válvula que regulaba el flujo de fueloil desde el puerto a las instalaciones de Endesa, fue escenificado ayer por las autoridades del Govern, el Consell y el Ayuntamiento de Ibiza, aunque se dejó de consumir fuel ya en el mes de agosto.
El vicepresidente y conseller de Transición Energética y Sectores Productivos, Juan Pedro Yllanes; el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí; el alcalde de Ibiza, Rafael Ruiz y el director general de Endesa en las Islas Baleares, Martí Ribas, posaron frente a los medios antes de llevar a cabo una visita por las instalaciones de la central con motivo de este hito.
Con esta medida, los motores Burmeister & Wain (BW8 y BW9) dejan de funcionar con fuel para utilizar únicamente gasoil. Una medida que, a nivel de emisiones, implica prácticamente la eliminación de emisiones de óxido de azufre (SO2) a la atmósfera, un compuesto altamente contaminante y perjudicial para la salud.
Fue precisamente en este punto en el que se detuvieron todas las autoridades presentes. El beneficio para la salud de los ciudadanos de la reducción de emisiones en una central rodeada de núcleos de población.
Uso residual del gasoil
El Ministerio de Transición Ecológica autorizó ejecutar este cambio de uso a Endesa en los dos motores de 14,5 MW, con una potencia total de 29 MW. Además se limita su funcionamiento a un máximo de 1.500 horas el año.
Esto supone poner punto final a la utilización de fuel para producir energía eléctrica en las Islas Baleares y de este modo se cumple una de las condiciones aprobadas por la Comisión de Medio Ambiente de las Islas Baleares para dar el visto bueno a la modificación de la autorización ambiental integrada (AAI) para adaptarse a la normativa europea.
A partir de ahora, los 2 motores (BW8 y BW9) de la central de Ibiza funcionarán un máximo de 1.500 horas anuales con gasóleo y tendrán una producción total estimada inferior a 35 GWh cada año.
Con el cambio de combustible la central ha dejado de consumir 13.000 toneladas de fuel cada año, con una reducción del 88 % de las emisiones de SO2 a la atmósfera.
Por otra parte, se consolida el gas natural como combustible principal que representa el 96 % de la producción, y queda el gasóleo como combustible de emergencia.
Según explicó el director general de endesa, es un paso más hacia el objetivo de emisiones cero que Endesa se ha marcado para conseguir un sistema energético completamente descarbonizado de la producción de energía eléctrica el 2040.
Por este motivo, la compañía trabaja en la reducción de emisiones a las instalaciones existentes y se hace un gran esfuerzo en el desarrollo de nueva capacidad renovable en las Islas Baleares.
Actualmente las emisiones de CO2 en las islas en el caso de la eléctrica son las mismas que la Península, 2.000 toneladas. Algo que se trabaja intensamente para que deje de ser así, según indicó Ribas.