Durante generaciones las Navidades en Ibiza y en Formentera han sido distintas a las de otros rincones del globo terráqueo. Disfrutar con la familia de tradiciones centenarias y únicas en el mundo, como la salsa de Nadal, o de licores como nuestra Frígola, se han convertido en imprescindibles en las casas de las Pitiusas. El origen de este distinguido plato caliente, elaborado a base de almendras peladas, huevos, caldo de carne, azúcar o miel, pimienta, clavo, especias y azafrán, se desconoce, aunque se presume que proviene de los árabes, pero el de las bebidas más aclamadas de las Pitiusas tiene una fecha relevante: 1880. Fue entonces cuando Juan Marí Mayans, el abuelo de nuestro abuelo, decidió dar sentido a una palabra que por aquel entonces apenas se utilizaba: vocación. Mientras compaginaba las labores de pesca, agricultura y ganadería propias de la época, comenzó a investigar sobre las plantas aromáticas de la isla para convertir su pasión en algo más que en una mera afición. Si algo ha caracterizado a nuestra familia, desde tiempos inmemorables, es la curiosidad y el afán de innovación que siguen hoy tan vivos como entonces. La búsqueda de la excelencia también se encuentra impresa en nuestro ADN y aunque nosotros hoy no nos lancemos al mar en un llaüt para viajar a otros destinos, como en aquel entonces lo hizo él viajando en aquella sencilla embarcación a Barcelona para abastecerse de objetos y utensilios con los que elaborar nuestros productos, la realidad es que quienes hoy lideramos esta quinta generación de Familia Marí Mayans, hemos exportado nuestras Hierbas Ibicencas o Ginebras IBZ Premium a destinos tan lejanos como Japón, Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Dubái, Alemania o Bélgica.
El libro en el que Juan Marí Mayans comenzó a escribir nuestras recetas secretas, que conservamos como oro en paño y cuya caligrafía certera y pura todavía nos emociona, recogió todo lo que aprendió en torno a 1860, cuando encontró trabajo en una famosa destilería de la época en la ciudad condal y conoció los secretos de los alambiques y de la fabricación de las bebidas espirituosas. Así, por estas fechas y a finales del siglo XIX, nació en Formentera la primera industria de bebidas espirituosas de Baleares: Familia Marí Mayans.
Como muchos de ustedes sabrán, aquella fábrica se nos quedó pequeña y nos trasladamos a Ibiza, donde desde hace más de un siglo se lleva a cabo de manera integral todo el proceso de maceración, fermentación, elaboración, destilado y embotellado de cada uno de nuestros espirituosos: Frígola (la reina de nuestra Navidad), Hierbas Ibicencas (en todos sus formatos), Palo, Absenta y ginebras IBZ Premium (las tres que hemos creado).
Ese sentimiento mágico que nuestros antepasados nos han legado, no solamente no se ha apagado, sino que ha crecido gracias a su pasión convertida en una cuidadosa colección de fórmulas y de recetas que, junto a un detallado estudio de las propiedades y rendimientos de los principios activos de las plantas aromáticas de las islas Pitiusas, han dado cabida a nuestros actuales licores y elaborados.
El nombre de nuestra empresa, y que la familia pilote sobre él, no es casual, puesto que para nosotros esa es una de las claves de nuestro éxito: compartir lo mejor que tenemos, que es al final una de las razones por las que en días como estos nos sentamos con los que más queremos ante una mesa. Si algo nos han enseñado nuestros padres y abuelos es el valor de la familia y gracias a nuestra tradición, los huecos vacíos de estas fechas se llenan en cada sorbo de vida que compartimos mirando al cielo. Porque la Navidad siempre es mágica si recordamos todas las razones que tenemos para brindar por ella.
La Frígola es para nosotros la reina absoluta de estas fiestas y en nuestra casa descansa junto a un Belén que cuenta con una figura particular y propia de nuestra familia: un búho, símbolo de sabiduría, de salud, de suerte y de prosperidad. Por eso hoy hemos querido compartirlo con vosotros y desearos una muy feliz y mágica Navidad en familia en la que maridéis vuestras mejores salsas de nadal con nuestro licor más auténtico. (Por cierto, no os olvidéis de dejar a sus Majestades los Reyes Magos tres copitas de nuestra Frígola o de nuestras Hierbas Ibicencas y tres tacitas de Salsa de Nadal con biscotes, para que repongan fuerzas cuando os visiten en la mágica noche del 5 de enero).