La remodelada avenida de Isidor Macabich fue abierta al tráfico el pasado 23 de abril. El Ayuntamiento anunció la reapertura mediante un comunicado en el que obvió que esta no conllevaba el funcionamiento de los nuevos semáforos. Y a pesar de que la señalización horizontal y vertical existente en la calle debería ayudar a regular en cierto modo el tráfico, lo cierto es que tanto conductores como peatones corren serios riesgos estos días en la principal arteria comercial de la ciudad.
Precisamente a primera hora de ayer martes se produjo un aparatoso accidente entre dos vehículos en el cruce de Macabich con la calle Balears. Un choque que se saldó con el vuelco de uno de los automóviles que, según relataron testigos presenciales a Periódico de Ibiza y Formentera, intentó cruzar la avenida «a más de 80 kilómetros». La conductora chocó con otro vehículo que circulaba por Isidor Macabich y acabó volcando junto al parque de la Paz, justo en la zona que suelen utilizar para cruzar los menores que asisten a un colegio cercano. «Menos mal que no había colegio», relató el mismo testigo, «porque, si llega a ser otro día, se lleva a más de un niño por delante».
La misma persona explicó que, desde la reapertura al tráfico de la avenida, se han producido «tres accidentes» en el mismo punto. Y sí podría ser que la falta de semáforos tuviera algo que ver con esta situación. Bastaba pasear ayer por la avenida e intentar cruzar para sufrir más de un susto ante coches que circulaban a gran velocidad y que decidían no parar ante la presencia de peatones. Lo mismo puede decirse sobre los ciclistas y quienes circulaban por el carril bici en patinete. Casi ninguno de ellos frenaba ante los intentos desesperados de muchos viandantes por cruzar sin que ningún vehículo se los llevara por delante.
«¡Pues claro que da miedo!», exclamó Juan Costa, un jubilado que intentaba cruzar la calle sin correr riesgo. «No hay semáforos y van como locos», explicó, «además, los que se incorporan a la avenida son aun peores. Vamos a tener una desgracia en cualquier momento».
A lo largo de la avenida, los semáforos están apagados. A esto se suma que, en el caso del carril bici, la señalización horizontal tampoco está completa, puesto que no se han instalado las placas que, por ejemplo, indican que las señales de prohibido el paso no afectan a los ciclistas o a los patinetes. «Es todo una locura», explicó el propietario del restaurante Gran Vía, Manuel Izquierdo, «ahora el follón lo tenemos por los semáforos. Esto es una calle sin ley. No es nada normal. Lo han querido abrir rápido y se han dejado la mitad de las cosas por hacer».
Fuentes de la Policía Local, por su parte, confirmaron que se están registrando numerosos problemas en la avenida por culpa de la falta de semáforos y a pesar de la señalización horizontal y vertical. Las mismas fuentes señalaron que, sin estos elementos, «hay caos e inseguridad». «No entendemos», añadieron, «por qué han entregado la obra así. Estamos hablando de la seguridad de las personas». Cuestionaron, además, las decisiones del Gobierno municipal al reabrir la avenida en estas condiciones y añadieron: «Lo más curioso es que los jefes están obsesionados con que vayamos allí a controlar que los coches no aparquen en doble fila. Tenemos que ir cada día a pesar de que somos muy pocos en la calle. Todo esto es porque vienen las elecciones y quieren aparentar».
«La circulación es un desastre, incluido el carril bici», lamentó, por su parte, Carmen Marí, residente en la avenida, sobre esta situación, «para cruzar, ya no sabes a dónde mirar». Marí criticó la falta de respeto por parte de los conductores de coches, pero también la actitud de ciclistas y usuarios de patinetes, que «van a toda pastilla».