Los últimos datos del INE dell Censo de Viviendas confirman una situación que agrava aún más la situación habitacional en Ibiza y Formentera. Dichos datos constatan que el 37,7% de las viviendas de Formentera están desocupadas. En el caso de Ibiza la situación más preocupante es la de Sant Joan, donde el 35,% de los inmuebles están vacíos. En Santa Eulària es del 26,67%, en Sant Antoni del 18,64%, en Sant Josep del 21,44 por ciento y, finalmente, en Ibiza son poco más del 10,2% el número de viviendas que no están ocupadas. En total hay 18.283 viviendas vacías en las Pitiusas.
La enorme presión turística y demográfica que han sufrido las Islas en los últimos 30 años, con aumentos de población que superan el 50 % y con unos índices de presión humana que llegan a los dos millones de personas en agosto en un mismo día, tienen también otro punto de vista porque hay otro enfoque.
Estos municipios con un gran número de viviendas vacías se concentran en el interior de Mallorca y la muestra más elocuente es Costitx, donde más de la mitad de las casas están deshabitadas: el porcentaje de viviendas vacías en este municipio se dispara hasta el 54,67 %. En Sencelles, localidad colindante, el porcentaje no es tan elevado, pero llega al 40,84 %.
¿Por qué hay tantas?
¿A qué se debe que haya un número tan elevado de viviendas deshabitadas en una comunidad que presenta una emergencia habitacional que no existe en ninguna otra? El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, José Miguel Artieda, explica que hay varios factores que pueden dar una respuesta a esta incógnita.
En general, Artieda sostiene que muchos propietarios optan por dejar su casa vacía y no obtener una rentabilidad económica que podrían lograr a través del alquiler porque tienen dudas sobre si realmente cobrarán o si, por le contrario, tendrán que embarcarse en largos juicios para poder cobrar en caso de que finalmente el inquilino sea un moroso o no pague el alquiler.
También añade otro factor que explica por qué razón este fenómeno se da con más intensidad en los municipios del interior de la Isla, como Costitx o Sencelles. Apunta a que muchas de estas viviendas que figuran en el censo como casas vacías deberían inscribirse, en realidad, como inhabitables.
Se trata de casas de gran tamaño que llegan a sus propietarios a través de una herencia y que necesitan una enorme inversión para hacer de ellas una vivienda en condiciones de habitabilidad. «Muchas de estas grandes casas de los pueblos de interior no son aptas para al alquiler porque están en condiciones muy deficientes», señala.
Una de las posibles soluciones que indica Artieda para rentabilizar estas viviendas y poner pisos en el mercado sin que haya más consumo de territorio es que se autorice la división de estas casas para hacer pisos más pequeños y que salgan con más facilidad al mercado.
Precisamente esta propuesta, de llvidir las casas y hacerlas más pequeñas y adaptadas a la realidad actual, es una de las que figuran en el programa con el que Marga Prohens ganó las elecciones y que muy probablemente se recoja en la nueva Ley de Vivienda que ha anunciado la consellera de Habitatge, Marta Vidal.
El decreto de emergencia habitacional que prepara la consellera incluirá facilidades para la reconversión de locales comerciales en vivienda y la reformulación de los índices de densidad para permitir el crecimiento en altura en Palma, especialmente en aquellos barrios con diferencias de alturas significativas.
Reconversión
Pero el programa de los ‘populares' también incluye esa posible reconversión en más de una vivienda de esas casas y piso de tipología antigua, de grandes dimensiones, «que no responden a las necesidades actuales de la población». No está claro si esta será otra de las medidas que se incluirán en el decreto que el Consell de Govern podría aprobar el próximo mes de septiembre.
En cualquier caso, Artieda insiste en que, para que estas viviendas salgan al mercado, es imprescindible que se den incentivos a la reforma de las casas y se faciliten las licencias. «Segregar esas viviendas es una buena opción con la condición de que el resultado sean viviendas dignas porque las familias han cambiado y ya no necesitan pisos de 200 metros», opina.
Además de los pueblos del interior de Mallorca, el mayor porcentaje de viviendas vacías se da también en municipios de la Serra de más difícil acceso, mientras que el porcentaje más bajo se presenta en el corredor demográfico que une Palma con Alcúdia.