Inundaciones, cortes de luz, caídas de árboles y muros de piedra, roturas de tuberías, vertidos de aguas residuales a las playas, cortes de carreteras y otros problemas de circulación. Éstos son algunos de los incidentes más graves que dejó ayer en la isla de Ibiza la borrasca Betty.
Sin duda, dos de las zonas más afectadas por estas lluvias fueron los municipios de Sant Antoni y Sant Joan. En esta primera localidad, el temporal llegó a descargar por la mañana 36 litros por metro cuadrado, causando el cierre de la playa de es Pouet por «balizamiento suelto» y embarcaciones cerca de la orilla y la caída de un árbol en la zona del camí de sa Vorera.
No obstante, fue el barrio de Can Bonet el más perjudicado del municipio, puesto que la tromba de agua anegó la carretera de entrada y provocó cortes de luz a los vecinos durante toda la mañana. Sin ir más lejos, la lluvia intensa estropeó uno de los transformadores eléctricos que dan servicio al pabellón polideportivo ubicado en esta zona y los vecinos que estaban en el complejo utilizaron, según un residente, un alternador externo para suministrar electricidad y usarla en el complejo.
A 100 metros de distancia, la gasolinera Cepsa se inundó y los encargados tuvieron que cerrar las instalaciones debido al temporal. Paralelamente, en la localidad de Sant Llorenç se recogieron 54 litros por metro cuadrado y en Sant Miquel 40 litros por metro cuadrado. Esto supuso que varias carreteras secundarias quedaran totalmente inundadas.
Asimismo, la borrasca también ha sorprendido a vecinos y turistas del norte de la isla que han podido presenciar como se formaba un tornado marino en una de las playas, y se han podido ver también algunas embarcaciones encalladas a causa de los fuertes vientos en Ibiza.