La isla de Ibiza presenta la tasa de criminalidad más elevada de Baleares con 79,5 delitos por cada mil habitantes, según se desprende del balance de criminalidad que hizo público ayer el Ministerio del Interior. La segunda isla con mayor criminalidad es Mallorca con 65,4 delitos o faltas por cada 1.000 habitantes, mientras que Formentera se sitúa en tercera posición con 56,1 faltas o delitos por cada millar de habitantes y la cifra se reduce a 45,5 en Menorca.
Del municipios de más de 20.000 habitantes en las islas, el número de delitos baja en Calvià un 10,7%, mientras que en Sant Josep descendió un 1,6% y Santa Eulària la caída fue de un 5,6%. Los otros municipios con más de 20.000 habitantes (Alcúdia, Ciutadella, Vila, Inca, Llucmajor, Maó, Manacor, Marratxí y Sant Antoni de Portmany) experimentan una subida del número de infracciones penales entre enero y septiembre de este año, en comparación con el mismo periodo de 2022.
En el ámbito del conjunto balear es preciso destacar que este informe refleja que han aumentado un 14,8% los delitos contra la libertad sexual de enero a septiembre en comparación con el mismo periodo del año pasado, mientras que la ciberdelincuencia ha crecido un 25%.
Hasta el final del tercer trimestre en Baleares el Gobierno contabiliza 60.230 infracciones penales de todo tipo, un 1,9% más que en 2022, según los datos que transmiten Policía Nacional, Guardia Civil y cuerpos de Policía Local al Ministerio. Del total, 791 son delitos contra la libertad sexual, y dentro de éstos 126 son agresiones sexuales con penetración (un 1,6% más).
Mientras, se presentaron 8.017 denuncias por infracciones penales cometidas en Internet o por medios tecnológicos; la mayor parte, 7.174, son estafas informáticas (32,4% más), mientras que bajan un 15,1% otros ciberdelitos (843).
Por otro lado, de enero a septiembre se contabilizan en las Islas cuatro homicidios dolosos y asesinatos consumados y 31 en grado de tentativa, en ambos casos uno más que en 2022. Los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria suman 1.096, un 7,1% más; y constan también tres secuestros.
Hurtos, lo más frecuente
La infracción penal más frecuente en esta estadística son los hurtos, 18.495, que bajan un 7,4%. También bajan, alrededor de un 10%, los robos en domicilios, establecimientos y otras instalaciones (1.968), mientras que se han contabilizado 46 sustracciones a explotaciones agrícolas o ganadería, la misma cifra que el año pasado.
Las otras infracciones registran diferentes grados de aumento, en especial las relacionadas con el tráfico de drogas, que suman 616 operaciones policiales en los primeros nueve meses del año, y representan un aumento del 26,5%.
Estos datos sitúan la tasa de criminalidad de Baleares en 65,5 delitos por cada 1.000 habitantes, por debajo de los valores medios que se registraban antes de la pandemia.
El indicador de resolución superó los niveles del año pasado; 240 personas fueron detenidas e investigadas por cada 1.000 infracciones penales que se produjeron. Las fuerzas y cuerpos de seguridad esclarecieron alrededor de cuatro de cada diez casos.