Desde esta semana vuelve a ser obligatoria la mascarilla en centros hospitalarios ante el incremento de enfermedades respiratorias. Una medida con la que, a tenor de las respuestas, están de acuerdo la mayoría de personas encuestadas.
A Vicente Torres ya le sorprendió que la quitaran en su día: «Yo pensé que sería una cosa que se quedaría con nosotros en los centros sanitarios y en las farmacias sobre todo, me parece un poco contradictorio que en un sitio en el que la gente llega porque está delicado o su familiar que seamos propagadores. Puede ser un poco violento que nos obliguen pero en lugares en los que las enfermedades están a la orden del día me parece algo bastante razonable».
Marina y Soraya son auxiliares de enfermería y desconocían la nueva norma, por lo que acudieron a hacerse una radiografía sin mascarilla. Sin embargo les parece «muy bien», incluso para ellas «debería ser obligatorio en todos los centros sanitarios porque uno no sabe todas las enfermedades que pueden haber aquí». Almir salía sin mascarilla del hospital porque se la olvidó en su coche: «Para mí es justo llevarla pero debe ser un acto propio de responsabilidad de la persona, no una obligación, sino que cada uno tiene que ser consciente». A su vez, señaló no haberse puesto la última vacuna por una razón: «Estoy con gripe y me ha dicho el médico que tengo que esperar dos semanas más».
Ante la pregunta de si han recurrido a la vacunación atendiendo a las medidas actuales, la mayor parte de las personas aseguraron que, sobre todo alegando «falta de tiempo». Los jubilados, como María Torres, son quienes más atención prestan a ello: «Yo estoy vacunada contra todo, de gripe me vacuno hace siete años y de la COVID cuando toca».
Una enfermera, que prefiere mantener el anonimato, anima a vacunarse a los más jóvenes ya que «tienen todas las facilidades del mundo hoy en día, para que sigan estando sanos y prevenir el desarrollo de síntomas o formas graves de la enfermedad».