El centro de menores Padre Morey vuelve a estar al límite y continúa en una situación «muy tensionada desde principios de año», según reconoció ayer la propia consellera de Bienestar Social, Carolina Escandell.
La reciente llegada -prácticamente simultánea- de hasta 12 ocupantes de pateras ha causado de nuevo que la infraestructura esté saturada. «Algunos menores todavía están en el proceso de valoración de edad y la ocupación del centro es algo que va fluctuando puesto que siempre estamos condicionados por las salidas de los usuarios de Formentera y las entradas de aquellos que aseguran ser menores, pero que están pendientes de valoración», explicó la consellera.
Escandell reconoció que el centro se encuentra al límite desde comienzos de 2024 y destacó también las dificultades a la hora de realizar una previsión de los recursos que pueden necesitarse a la hora de ofrecer una correcta asistencia. «Una entrada de 12 usuarios en dos días es muy difícil de atender. Se habilitan unos espacios de emergencia para dar cabida a estos menores hasta que haya una distribución o se registren salidas hacia otros recursos, pero la contratación de personal de hoy para mañana no es algo tan sencillo», explicó.
De hecho, la consellera aprovechó para resaltar y agradecer el trabajo del equipo asistencial de este servicio.
El centro de menores Padre Morey está ubicado en el recinto de Sa Coma y se destina a jóvenes de ambos sexos de entre 12-17 años con alguna medida jurídica de protección. También asiste a menores extranjeros no acompañados.
No es la primera vez que la instalación se halla al límite de su capacidad debido a la llegada de pateras desde costas africanas. Justo al comenzar este año, desde el Consell reconocieron ya los problemas de capacidad que volvía a tener el centro tras el desembarco de varias naves irregulares.
El presidente insular Vicent Marí explicó que la institución estaba «asistiendo de manera constante a la llegada de migrantes en patera que vienen de Argelia» y, aunque el Consell tiene la competencia en el cuidado de estos menores, «el centro de Sa Coma empieza a estar saturado».
El presidente añadió que es «responsabilidad» de la institución dar servicio a estos migrantes menores de edad. Sin embargo, también precisó que la competencia en materia de inmigración pertenece al Estado, por lo que exigió al Gobierno central que «colabore y ayude en el sostenimiento de este centro de menores». Según recordó, cuando estos jóvenes llegan a Ibiza, son atendidos por un dispositivo en el que participan la Policía Nacional, la Guardia Civil, el Ib-Salut y el Consell. En el caso de los que dicen ser menores, hay que confirmar que, efectivamente, su edad está por debajo de los 18 años. Una tarea complicada dado que ninguno de ellos llega a Ibiza con documentación que pueda confirmar esta situación. Una vez se determina que efectivamente son menores, son trasladados al centro de menores donde se les proporciona «asistencia y formación hasta que su situación se regulariza de alguna manera». Cuando cumplen 18 años, la mayoría de ellos prefiere irse a otros centros fuera de Ibiza.