Las serpientes de herradura (Hemorrhois hippocrepis) y de escalera (Zamenis scalaris) tienen una nueva compañera en Ibiza: la culebra bastarda (Malpolon monspesulanus). O mejor dicho, una vieja compañera ya que un ejemplar de esta especie fue la primera serpiente que se capturó en Ibiza hace ya más de 20 años, en 2003.
Ayer, el guarda de la Sociedad de Cazadores de Sant Josep que se encarga de controlar las alrededor de 200 jaulas instaladas para el control de la plaga de serpientes se encontró con un ejemplar que nunca había visto. El hallazgo de la culebra bastarda (serp verda en catalán) se ha producido este lunes en la zona de Cala Tarida y su tamaño rondaba entre los 120 y 140 centímetros.
La doctora de Ciencias Biológicas Antònia Maria Cirer, conocida por su campaña contra la plaga de serpientes que asola Ibiza, explicó que tras la primera captura en 2023 «no se volvió a ver ninguna culebra bastarda y a partir de 2010 se consideró que no había».
Cirer señala que con la nueva captura de esta especie en Ibiza «no es descartable que quedara algún ejemplar vivo o que se haya vuelto a reintroducir».
Serpiente venenosa
A diferencia de las serpientes de herradura y de escalera, la bastarda es venenosa. «Tiene un colmillo venenoso en el fondo de la boca que le sirve para inmovilizar a sus presas cuando se las traga», apunta Cirer.
La experta herpetóloga destaca que para que el veneno de la culebra bastarda afectara a un ser humano sería necesario introducir un dedo en la boca del reptil y que el hipotético daño tras una mordedura «depende de la reacción de cada cuerpo. Hay gente que muere por la picadura de una abeja».
Ratones en las trampas
La Sociedad de Cazadores de Sant Josep, que gracias a la colaboración económica del Ayuntamiento de Sant Josep puede llevar a cabo el trampeo para la captura de ejemplares de ofidios alrededor del municipio , lamentan que haya ciudadanos que se dediquen a abrirle las puertas a los ratones que colocan en las trampas y los suelten en el campo desconocedores, quizás, de la función que tienen como cebo para los reptiles.
La plaga de reptiles que asola la isla de Ibiza se ha extendido a prácticamente todo el territorio y las capturas de ejemplares aumentan cada año, por lo que su erradicación resulta imposible a todas luces.
Una de las graves consecuencias de la presencia de serpientes en Ibiza, que se cree que llegaron hace dos décadas escondidas en los troncos de olivos ornamentales procedentes de la Península Ibérica, ha sido el decrecimiento alarmante en la población de lagartijas endémicas de la isla.