No todos los días se cumplen años y este sábado era muy especial para Catalina Escandell Riera de Can Gall. Y es que no solamente cumplió años sino que conmemoró sus siglo de vida rodeada de sus seres queridos y de los vecinos de Sant Llorenç, de donde es ella.
Aquellos que quisieron acompañar a Catalina en esta fecha tan señalada llegaron más de media hora antes a la iglesia de la localidad joanina. Incluso ella llegó antes de la hora junto con sus sobrinos, que la ayudaron a terminar de vestirse de pagesa. Mientras ella terminaba de estar ben mudada, como lleva haciendo desde los siete años, otros comenzaron a llegar, como los balladors de la colla de Labritja para dar una sorpresa a Catalina.
A las 19.00 horas, con el repic de las castanyoles, el tambor y la flaüta, la colla entró al templo, acompados de Vicent Marí, presidente del Consell d'Eivissa, y Tania Marí, alcaldesa de Sant Joan. Vicent Ribas, obispo de Ibiza y Formentera, ofició esta misa tan especial.
El obispo no olvidó felicitarla al comienzo por llegar a los 100 años. La eucaristía continuó durante una hora y, una vez concluida, Ribas se puso a hablar con Catalina. «¿Cómo está?», le preguntó el obispo, a lo que la centenaria le dijo: «Me duelen las rodillas la verdad» y, en ese momento, estallaron las risas, de buena manera, en las paredes del templo.
Una vez concluida la homilía, sa colla de Labritja hizo la ballada para Catalina, quien a pesar de no haber bailado, con el pie iba siguiendo el ritmo que dejaba la sonada en el patio de la iglesia.
«Conozco a Catalina desde hace 65 años. Ella siempre ha sido humilde, tranquila; una mujer que ha estado muy bien porque ha estado en su casa siempre y nadie la ha molestado», contó Catalina Marí Escandell, cuñada de Catalina, quien remarcó que «es una alegría poder celebrar sus 100 años. «Hemos sido como hermanas», apostilló Marí.
Sus vecinos también le tienen mucho aprecio. Uno de ellos es Santi Marí, quien Catalina lo ha visto crecer. «Su familia es muy amiga de la nuestra y siempre habían venido por nuestras tierras con las ovejas y nos habíamos ayudado los unos a los otros», explicó Marí. Uno de los mejores momentos que este vecino recuerda con Catalina es que, cuando salía de su casa a menudo, iba a votar vestida de pagesa y todos quedaban asombrados al verla salir de su casa vestida así. «Es la única que mantiene la tradición de vestir de pagesa en Sant Llorenç», puntualizó.
Tradición y comida
Mientras la ballada se estaba realizando también hubo lugar para la comida. Unas llescas de pan con sobrasada, botifarra, queso, cocas y bunyols fue lo que pudieron degustar los presentes, además de sangría y otros refrigerios.
«Es un día muy bonito y emotivo poder celebrar con Catalina sus 100 años y que viste de pagesa todos los días», afirmó la alcaldesa Tania Marí. «Nos recuerda de dónde venimos y lo que han cambiado las cosas a lo largo de este siglo, pero es algo muy bonito», añadió la primera edil de Sant Joan, quien afirmó que vio a Catalina emocionada rodeada de la gente que le cuida y la mima.
En un cumpleaños no puede faltar la tarta y Catalina contó con dos: una que le encargó su familia y otra con la que le obsequió el Ayuntamiento de Sant Joan. Asimismo, desde el Consell d'Eivissa y el Consistorio le regalaron dos placas con su nombre felicitándola y un gran ramo de flores. Por otra parte, sus allegados también le regalaron varias cosas, como un cuadro de cuando cumplió sus 90 años.
Un día muy emocionante en el que Catalina se rodeó de los que más la quieren y desean lo mejor. Molts anys i bons!