La ciudad de Ibiza ha amanecido envuelta en una espesa capa de niebla. La bruma se extiende por todo el Pla de Vila, engullendo las chimeneas de Endesa, es Puig des Molins o toda Dalt Vila, con la Catedral asomándose entre un mar de nubes.
La niebla no solo ha afectado a Vila. Desde Montecristo a Jesús, pasando por Puig d'en Valls, el territorio se veía soterrado bajo las nubes.
Sin embargo, a medida que el sol ha despertado, la niebla se ha levantado del Pla de Vila para perderse en el mar. En torno a las 08:00 horas ya no quedaba prácticamente bruma.