El portavoz de la plataforma ciudadana Prou! Pitiüses en Acció, Rafael Giménez, ha emitido un comunicado este sábado denunciando la situación en la que se encuentra Ibiza. Para ello, en su escrito se ha remontado hasta los «gloriosos años del turismo de calidad, en la década de los 80». «Esos eran los años en los que no había nada entre el Hotel Algarb y los hoteles Platja d'en Bossa y Don Toni, y podías buscar espárragos en los campos donde hoy en día tenemos montañas de tierra. Eran los días en que se podía escuchar la campana de la pequeña Iglesia de Sant Francesc de Ses Salines desde sa Sal Rossa, o quizás desde más lejos. A nuestra isla llegaban familias, parejas, grupos de amigos y jóvenes, muchos jóvenes, y la mayoría eran turistas británicos. Todos tenían algo en común: habían ahorrado durante todo un año para disfrutar de sus vacaciones, pero de una forma sana y respetuosa», comparte en su artículo.
«Las familias iban a Es Canar, Santa Eulària, Cala Llonga, Platja d'en Bossa y la bahía de Sant Antoni. Los jóvenes iban al centro de Sant Antoni, para estar muy cerca del famoso West End, el lugar con más bares por metro cuadrado en Europa. Teníamos discotecas como Star Club, Es Paradis, San Francisco, Koppas, Playboy... Todos disfrutábamos, había un buen ambiente, y salvo alguna reyerta de vez en cuando, el ocio nocturno se consideraba bueno, y no el desmadre total que tenemos hoy en día», recuerda Rafael Giménez.
Explica que se puede comparar el turismo de entonces con el globo de hoy. «No llegó a explotar porque todavía no estaba en su punto. Por desgracia, ese no es el caso en la isla hoy en día. La isla está a punto de explotar debido a la pasividad de nuestras instituciones durante todos estos años. Señoras y señores de la política, ya no podemos más, y el globo finalmente ha estallado. Nos está salpicando por todos lados», destaca. En esta misma línea, apunta cómo en los años 2000 llegó el fenómeno de los vuelos low cost. Según los datos de AENA, informó, en el año 2023 casi 3.800.000 turistas llegaron a la isla, un incremento del 1,94% respecto al año anterior y desde 2019 un incremento del 52 %. Dividiendo ese número entre 12, indica, nos da 316.666 turistas al mes, «pero todos sabemos que en los meses de invierno apenas llegan turistas».
Sin embargo, subraya, en la isla «tenemos 100.000 plazas hoteleras legales, lo que nos da un total de 1.200.000 turistas al año". "¿A dónde van los otros 2.600.000 turistas? La gran mayoría irá a alquileres ilegales, donde los que alquilan, además de no declarar los ingresos, están privando a muchos trabajadores, sobre todo de primera línea, de acceso a una vivienda digna. Este problema afecta no solo a los residentes de la isla, sino que nuestra juventud se verá exiliada de su casa y familia, y la isla podría enfrentarse a una situación similar a la de la España vacía, no por falta de personas, sino por la falta de ibicencos e ibicencas", destaca. Además, agrega que la construcción de viviendas sociales es muy baja y parece que no hay terrenos para viviendas, pero sí hay terrenos de sobra para hoteles de lujo y beach clubs, muchos de ellos en terrenos catalogados como BIC, parques y reservas naturales.