La Memoria de 2023 del Centro Económico y Social (CES) presentada este jueves en Mallorca refleja que, en términos generales, desde el pasado año puede hablarse en Baleares de una recuperación «total» de la actividad tras la pandemia y de una vuelta a la normalidad.
De manera más específica, el 2023 fue un año marcado por la plena recuperación de la actividad económica, la inflación o la creación de empleo.
La subida de precios en los alimentos, la vivienda o los problemas de movilidad afloran como las máximas preocupaciones de los ciudadanos, mientras que la falta de mano de obra cualificada y el incremento de los costes de los consumos se convirtieron en las principales dificultades empresariales.
Una vez más, el principal problema social manifestado en el estudio es el de la vivienda y sus elevados precios.
Economía
En cuanto a la economía de Baleares, la memoria del CES resalta que las islas cerraron el año «con un fuerte crecimiento del PIB, el más dinámico del Estado» y también supieron aprovechar el vigor de la demanda turística internacional que registró nuevos máximos en un contexto que se preveía complicado.
El CES manifiesta que esta aportación de la demanda externa permeabilizó al resto de servicios no turísticos, aunque tuvieron más dificultades para fluir sectores menos dependientes del exterior, mostrando también una cierta «atonía», principalmente en el caso de la industria.
El estudio destaca que el Valor Añadido Bruto (VAB) de Baleares creció en 2023 un 3,7%, según estimaciones de la Dirección General de Economía y Estadística. La cifra representa una desaceleración respecto a 2022 (14,9%), un hecho «lógico» después de que en el año anterior se hubieran recuperado los niveles previos al choque de oferta de la pandemia.
Entre otros datos, el CES resalta que el sector servicios ejerció de locomotora, con un VAB un 4,1% mayor, retornando a cifras habituales. Con ello, el sector terciario alcanzó un nuevo máximo de representatividad en la economía insular -del 87,2%- siendo el único sector que ha ganado peso de manera significativa desde 2019. La agricultura y la pesca mostraron también cierto dinamismo con un crecimiento del 3,6%, mientras que la construcción aumentó un 2% y la energía e industria descendieron un 1,1%.
Según el CES, el PIB llegó a los 36.922,2 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,9% y, aunque 2023 fue un año de moderación de precios, se mantuvo todavía un deflactor considerable, según el estudio.
Por islas, Mallorca y Pitiusas lideraron el crecimiento económico el año pasado con un incremento del 3,8% y, en concreto, Ibiza y Formentera lograron coliderar el crecimiento en Baleares con una producción un 10,2% superior a la registrada en 2019, lo que pone de relieve su dinamismo.
Así, la representatividad de las Pitiusas en la economía balear fue de un 14,1%, ganando las islas cierto peso en detrimento de Mallorca.
En cuanto a la inversión extranjera en las islas, ésta alcanzó el pasado año los 298,4 millones de euros, lo que supone una reducción de 188 millones respecto a 2022. Por tanto, las Baleares volvieron a una inversión bruta cercana a los 300 millones, muy similar a los valores de 2019.
Turismo
Entre otras cifras, el informe del CES aglutina los datos de llegadas de viajeros tanto por aire como por mar y resalta el incremento del turismo de cruceros en un lugar como Ibiza. En el puerto de Vila, un total de 188 cruceros recalaron en 2023 frente a los 140 del año anterior, lo cual elevó la cifra de cruceristas a 550.258, casi el doble del año anterior (85,6%).
El transporte de mercancías en el puerto de Ibiza aumentó un 5% el pasado año.
Otro dato llamativo es el relativo a la densidad de tráfico en las carreteras de Ibiza, con una intensidad media diaria que repuntó el pasado año un 5,6%, contabilizándose en las principales vías hasta 10.582 vehículos por día. «Ibiza vuelve a superar el punto más álgido de la serie histórica alcanzado en 2018 con una intensidad media diaria de 10.415 vehículos», resaltaron desde el CES.