A partir de este lunes se inicia la campaña de lucha contra la procesionaria del pino, el insecto que ataca y debilita a estos árboles y cuyo contacto puede causar graves daños (especialmente a niños y perros) dado el carácter altamente irritante de los pelos que lo recubren en su estado de oruga. La intervención, promovida por la Conselleria de Medi Natural del Govern balear implica el uso de avionetas y helicópteros a baja altura para rociar las partes altas de los árboles. Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària han querido recordar que «lo que se rocía sobre las arboledas no es un producto químico, es una bacteria (Bacillus thuringiensis, variedad kustaki) inocuo para las personas y los animales (incluidas las abejas), presente de forma natural en el suelo y cuyo periodo de vida es de unos pocos días». Se puede encontrar toda la información necesaria en la web del Servicio de Sanidad Forestal del Govern Balear (www.caib.es/sites/sanitatforestal).
La lucha contra la procesionaria
La actividad para luchar contra esta especie, detectada inicialmente en la isla en 1975, se realiza mediante una estrategia integral con el uso de diferentes métodos según el estadio en el que se encuentra la procesionaria. Así, en fase de oruga es cuando se rocían los árboles con Bacillus, tanto por aire como desde el suelo con los ‘cañones atomizadores’, grandes aparatos de fumigación desde el suelo. Cuando llega el frío y las orugas hacen el nido, si estos se detectan, se cortan y se retiran. En caso de estar en lugares de difícil acceso se les pega un tiro de escopeta con tal de romper la bolsa y que mueran de frío. Por último, cuando los ejemplares ya se encuentran en fase mariposa, es cuando se actúa con las trampas de feromonas, atrapando los machos y evitando la cópula. También se instalan cajas-nido para promover la presencia de murciélagos y aves insectívoras que actúan sobre todo capturando las mariposas, aunque algunas especies, como la abubilla, también devoran las crisálidas