La huelga médica convocada por los sindicatos profesionales de toda España ha arrancado este viernes con fuerza y una alta participación también en Ibiza, según Carlos Rodríguez, delegado sindical de Simebal en Ibiza. La protesta, que afecta tanto a la Atención Primaria como hospitalaria, ha contado con la garantía de los servicios mínimos, especialmente diseñados para no comprometer la atención urgente e imprescindible a los pacientes. Según Rodríguez, en los centros de salud de Ibiza, se han asignado al menos dos médicos por centro, mientras que en Can Misses la cobertura de Urgencias se mantiene al cien por cien, incluyendo áreas críticas como Oncología y Emergencias.
Los médicos han insistido en que no desean perjudicar a los usuarios del sistema público de salud, pero sostienen que la «medida de fuerza» era inevitable ante la falta de voluntad de diálogo mostrada por el Ministerio de Sanidad. La convocatoria ha sido respaldada por el Colegio de Médicos de Baleares y por distintas asociaciones profesionales, incluidos estudiantes de medicina, médicos internos residentes (MIR) y facultativos de todas las especialidades. Sólo algunos sindicatos territoriales en Cataluña y el País Vasco, ha indicado Carlos Rodríguez, han decidido no sumarse a la protesta en una decisión que algunos vinculan con factores políticos.
Malestar profundo
El detonante principal de esta huelga ha sido el anteproyecto de reforma del Estatuto Marco del personal estatutario del Sistema Nacional de Salud (SNS), impulsado por el Ministerio de Sanidad. Desde la primera presentación del borrador, los médicos han mostrado un rechazo frontal a una propuesta que consideran regresiva y discriminatoria con respecto al resto del personal sanitario.
"Nos sentimos ninguneados", ha afirmado el representante sindical Antonio Pellicer, señalando que en las mesas de negociación apenas cuentan con representación directa, ya que los sindicatos de clase copan la mayoría de asientos. "Solo hay un médico entre seis o siete negociadores", ha denunciado. Esto ha generado una sensación de exclusión y falta de interlocución efectiva con la administración central.
Entre los puntos más conflictivos del nuevo Estatuto destacan la imposición de jornadas de hasta 48 horas semanales, la obligatoriedad de cubrir guardias durante todo el año sin reconocimiento adicional y la falta de adecuación de las condiciones laborales a las particularidades del ejercicio médico. "Somos el único colectivo sanitario obligado a estas condiciones. Otros tienden a jornadas más cortas, pero a nosotros se nos impone este régimen por contrato", han subrayado. En este sentido, una de las críticas más repetidas durante las protestas ha sido la referente a la exclusividad que se plantea para ciertos colectivos médicos, como los jefes de servicio y los MIR. El anteproyecto prevé que estos profesionales, al finalizar su formación, firmen contratos de cinco años para ejercer en la sanidad pública, en los que se les prohíbe cualquier otra actividad profesional, incluso en su tiempo libre.
«¿Cómo vamos a impedir que un médico joven, con una hipoteca o un proyecto de vida, pueda buscar ingresos extra en la privada?», han cuestionado desde el sindicato. Para los convocantes, esta medida supone una «intromisión injustificada en la libertad individual» y no se ajusta al marco legal europeo. Otra gran fuente de indignación es la retribución de las horas extraordinarias, ya que han denunciado que una hora de guardia, de esas que haces un festivo o un domingo durante 24 horas, se paga menos que una hora ordinaria de jornada laboral. «Esto es completamente incoherente", han denunciado. A ello se suma el hecho de que las horas nocturnas o los turnos más duros no tienen compensaciones adecuadas, ni se tienen en cuenta para el cálculo de la jubilación.
Abandono de la sanidad pública
Los facultativos han alertado de que, si estas condiciones se mantienen, muchos médicos optarán por abandonar el sistema público, buscando mejores condiciones laborales en la sanidad privada o incluso en el extranjero. Aunque aún no se ha producido una fuga masiva, los sindicatos anticipan que, de aprobarse el anteproyecto tal como está, ese fenómeno será inevitable. "Un dermatólogo, por ejemplo, tiene una formación altamente especializada y es muy demandado. ¿Cómo vamos a retener a estos profesionales si les ponemos trabas legales para trabajar fuera de su jornada? ¿O si les pagamos menos que a otros colectivos con menor carga y responsabilidad?", han argumentado.
En Baleares, ya se han registrado algunas salidas hacia la sanidad privada, según explicaron desde el Colegio de Médicos. Es por ello que los médicos exigen un Estatuto Marco propio o, al menos, una sección específica negociada directamente con los facultativos, que tenga en cuenta la realidad del ejercicio médico. "No pedimos privilegios, pedimos justicia", afirman. Reclaman, entre otras cosas: un reconocimiento de su categoría profesional como A1+, conforme al tiempo de formación y responsabilidad que asumen, una reducción del horario nocturno o compensar el desgaste físico y mental, una jubilación flexible entre los 60 y los 70 años, como ya se permite en otros sectores, la inclusión de todas las horas reales trabajadas en el cómputo para la jubilación y la eliminación de la exclusividad obligatoria para MIR y jefaturas.
No obstante, pese al conflicto, el tono de los portavoces sigue siendo constructivo. "No queremos más huelgas, no queremos confrontación. Queremos sentarnos a negociar con interlocutores reales, con conocimiento de nuestra realidad. Pero si no nos escuchan, seguiremos movilizándonos", han afirmado, resaltando que la convocatoria ha tenido una fuerte respuesta a nivel nacional. «Por lo que estamos viendo en redes, la participación está siendo muy alta tanto en Atención Primaria como en hospitalaria», comentan desde Simebal, explicando que en Ibiza y Formentera, la participación también ha sido notable, con médicos de todas las especialidades implicados en la jornada de protesta. "Para que el sistema funcione, el profesional tiene que estar cuidado, respetado, bien formado y bien tratado. Si no, el que lo sufre es el paciente", han agregado. Por el momento, han indicado, el Ministerio de Sanidad ha mostrado escasa disposición a modificar sustancialmente el anteproyecto, limitándose a proponer cambios menores que los sindicatos consideran insuficientes. La huelga de este jueves podría ser sólo el primer paso de una escalada si no se abre una vía real de diálogo.
Un pozo sin fondo, esto es el sector sanitario publico de Baleares, cuantos aumentos de sueldo han tenido en unos pocos años, aumento de salario por guardias, por plazas de difícil cobertura que se ha convertido en un complemento general para todos, carrera profesional, plus de insularidad etc. Porque la privada no tiene estos problemas, si no están de acuerdo con sus salarios y condiciones del nuevo estatuto, porque no piden los mismos derechos y salarios de la asistencia sanitaria privada ???? No, eso no, que perderían.