La huelga secundada por el colectivo médico en Ibiza ha vuelto a poner sobre la mesa una de las debilidades del sistema sanitario público en las Pitiusas: la Atención Primaria en las zonas rurales. Mientras los centros de salud de los grandes municipios y Can Misses activaban servicios mínimos para garantizar la asistencia médica en áreas clave como Urgencias, Oncología o determinadas especialidades, en lugares más aislados como San Miquel, los pacientes se encontraron ayer directamente sin médico.
Carmen Cuadra, enfermera en la Unidad Básica de Salud de San Miquel desde hace tres décadas, denunció que ni ella ni su compañera administrativa recibieron notificación alguna por parte de la dirección médica del Área de Salud de Ibiza y Formentera sobre cómo se gestionaría el paro en su centro. Fue la propia médica del consultorio quien, en un gesto que Carmen agradece, le llamó temprano para informarle de que se acogería a la huelga. «Me quedé completamente sola, sin apoyo sanitario directo, sin médico, en una Unidad Básica de Salud que es el primer nivel asistencial en una zona rural donde viven personas mayores, sin coche o con dificultad para desplazarse. Y, además, un viernes, que es cuando se incrementan las consultas y las situaciones urgentes de cara al fin de semana», explicó ayer esta sanitaria a Periódico de Ibiza y Formentera, denunciando estos «daños colaterales» de la huelga médica.
Derivación de pacientes
Sólo recibió una única instrucción desde la dirección médica del Área de Salud: derivar a todos los pacientes al centro de salud de Santa Eulària. «Santa Eulària está a 20 minutos en coche, que para una persona joven y con vehículo no es mucho, pero para nuestros pacientes sí. Aquí tenemos una población más mayor, con problemas de movilidad o sin medios de transporte. No puedes mandarles allí sin avisar, sin alternativas, sin cartel informativo, sin absolutamente nada», lamentó esta mujer, haciendo hincapié en que no se opone al derecho de huelga.
«Lo respeto profundamente. Estoy totalmente a favor de que el personal sanitario pueda reivindicar mejoras, pero también es fundamental pensar en la gente que más necesita el servicio sanitario, especialmente en lugares donde hay una sola médica y si no está, no hay nadie más». La situación vivida ayer en Sant Miquel no fue un caso aislado, aunque sí especialmente grave por la falta de previsión. En esta línea, también agregó que en Sant Joan, por ejemplo, sí acudió la médica. «Debería haberse tenido en cuenta como posible centro de apoyo ante la falta de cobertura en Sant Miquel.
Sant Joan está a cinco minutos de aquí. Incluso ante urgencias leves, parecía lógico derivar a los pacientes a ese centro, pero la dirección insistió en que esta derivación de usuarios se realizara a Santa Eulària», añadió esta enfermera experimentada.
Durante la jornada, la enfermera atendió varias urgencias menores como infecciones de garganta, torceduras o dolencias crónicas que requerían revisión. También se enfrentó a una urgencia más delicada, que obligó a llamar al 061. «He hecho todo lo que podía como enfermera: triaje, estabilización, información... pero hay casos que requieren presencia médica», apuntó, explicando que tampoco se cubrieron los servicios mínimos de Pediatría en un centro de salud de la isla.
Tras la jornada, Carmen Cuadra redactó una carta dirigida a la dirección médica exponiendo los hechos. «Lo que quise fue dejar constancia formal. No sólo del abandono en cuanto a la asistencia, sino de cómo esta falta de previsión afecta a la ciudadanía. La huelga estaba convocada, era conocida por todos, y aun así nadie nos informó de si habría mínimos en la unidad, si se reubicaría personal o cómo debíamos actuar», destacó.
Desde la dirección médica, según cuenta, se le respondió que la organización de la huelga y los servicios mínimos era responsabilidad de los sindicatos. «Eso no me vale. He sido coordinadora de Enfermería en el centro de salud y siempre, siempre, hemos recibido un listado con el personal que secundaba la huelga y se organizaban los mínimos», manifestó, lamentando la falta de sensibilidad institucional hacia la realidad de las zonas rurales. Esta profesional insistió en que su intención no es señalar a los médicos que se acogieron al parón. «Están en su derecho y tienen motivos legítimos. Sin embargo, apelo a la responsabilidad colectiva para que se garantice el derecho a la salud sin vulnerar el derecho a huelga», subrayó e indicó que reivindica que las unidades básicas, por su singularidad, deberían contar con protocolos específicos para estas situaciones y evitar cualquier tipo de riesgo.
«No se trata de enfrentar derechos, sino de una mejor organización. Llevamos décadas trabajando aquí, conocemos a la gente, sus historias, sus fragilidades. No podemos dejarles sin atención porque alguien no hizo su trabajo de planificación», concluyó con rotundidad esta profesional sanitaria.
Muy fácil siendo enfermera puede desarrollar sus funciones establecidas. Curas, una primera atención. Que le viene una consulta que necesita médico... pues la deriva a otro centro al hospital ya sea por medios propios o con ambulancia.... que ganas la de esta enfermera de hacerse ver... hay ambulancias de urgencias básicas que van dos técnicos seguro mucho más resolutivos que ella....