Más del 70% de los servicios no obligatorios de autobús no se han realizado este viernes en Ibiza a causa del parón convocado a nivel balear, con un seguimiento de los trabajadores cercano al 90%. Así lo afirmaron desde el sindicato SATI, el mayoritario, desde donde se mostraron muy críticos con un establecimiento de unos servicios mínimos que consideran «muy elevados», con un 100% del servicio en algunas líneas, como las del puerto o el aeropuerto. Desde este sindicato afirmaron también que si desde la patronal no se escuchan sus reivindicaciones tras los próximos parones, aseguran que irán a un «parón indefinido».
La confirmación de la huelga llegó este mismo viernes después de que la última reunión entre empresas y el sindicato SATI para renovar el convenio concluyera sin que se lograra un acercamiento y los conductores del servicio de autobuses interurbanos de Mallorca, Menorca e Ibiza mantuvieran los parones previstos para este mismo viernes y los próximos días 21, 23 y 25 de julio, con la posibilidad de convertirse en indefinida a partir de ese último día.
A raíz de esta convocatoria, el Consell d’Eivissa publicaba este jueves los servicios mínimos para la huelga de transporte. Las líneas de bus que enlazan el aeropuerto con el puerto y Vila, que son la L10 y L10 Express, tienen unos servicios mínimos del 100%. Las líneas que conectan el aeropuerto con Sant Josep y Sant Antoni (L9) y Santa Eulària y es Canar (L24) tendrán unos servicios mínimos del 75%, mientras que el resto de líneas no mencionadas tendrían un 50% de servicios mínimos.
En Ibiza, pese a que el sindicato SATI no es el que coordina el parón, como ocurre en Palma, el seguimiento ha sido «casi total, prácticamente por encima del 90%», tal y como explica Isaac Rodríguez, representante del sindicato Actúa en Ibiza. Ha sido él mismo quien explicó que los motivos de la huelga están relacionados con las reclamaciones en pos de mejoras salariales y una mejor gestión de los turnos de descanso.
Tal y como explicó el sindicalista, «el salario bruto mensual, en 14 pagas, lleva siendo de 1.414 euros desde los últimos ocho años, un salario completamente insuficiente para las condiciones de la isla», asegura. Es por ello que los trabajadores reclaman una subida del 8% en su retribución «creemos que no pedimos ninguna locura, solo llegar a los 1.500 euros», aseguró Rodríguez. Una petición a la que, en principio, la patronal se niega, puesto que la última oferta de la patronal ha sido de un 3 % más en 2025 y un 0,5 % más la subida correspondiente al IPC en 2026.
Otro de los motivos de discordia entre trabajadores y empresas tiene que ver con los descansos entre rotaciones en los turnos. Estos, debido a las condiciones especiales que afectan a los convenios de transporte en las Islas Baleares, en ocasiones son de tan solo ocho horas. Respecto a ello, Rodríguez explica que «pedimos que se incremente únicamente hasta las nueve horas entre un turno y otro, ya no las once, que sería lo habitual».
Por estos motivos -más otros acumulados que ya han provocado parones y huelgas, como la solicitud de la jubilación a los 65 años- es que los conductores de autobús han parado este viernes en Ibiza. Un parón que ha contado con un gran seguimiento, según Rodríguez, pero cuyos efectos se han visto mermados por unos servicios mínimos «de hasta el 100% en líneas como la del autobús o autobús exprés».
Usuarios
La mayoría de usuarios de los servicios de autobús, tanto turistas como residentes, se han enterado del parón in situ. Esto ha provocado largas esperas, de hasta una hora y media, para bastantes personas durante la mañana de este viernes. Algunos lo han afrontado con cierto estoicismo, mientras otros mostraban su frustración por «el tiempo perdido».
Desde las 10.30 horas estuvieron Silberto y Antonio, dos turistas portugueses, que han venido de vacaciones a la isla y tenían intención de pasar la mañana en la playa de ses Salines, y su autobús, no tiene visos de aparecer. Junto a ellos, una familia de españoles, que vienen desde Huelva, corre el mismo destino. Resignados, lamentan que sus ganas de pasar el día en la playa se ve truncado, y se resignan a ver como su mañana «está perdida».
Frente a ellos, una mujer de avanzada edad, Eulària, espera su autobús que la tiene que llevar de vuelta a Sant Miquel. Ha bajado a Vila para unas gestiones y lleva más de una hora esperando para su autobús, el que coge regularmente. Como ella, son varias las personas que esperan, más de lo habitual, para que llegue su transporte. Finalmente, unos minutos antes de las 12.00 horas, el autobús finalmente llega a la estación, con un cartel que reza ‘Servicios mínimos. No paramos porque no nos dejan’.
En el aeropuerto, en cambio, con el establecimiento de unos servicios mínimos tan elevados, el parón no se ha hecho notar. Si bien se podían observar ciertas colas de usuarios, estas tienen más que ver con una elevada afluencia de vuelos que con faltas en el servicio, que ha funcionado con normalidad más allá de algún «retraso corriente», tal y como han explicado los propios trabajadores.
Instituciones
Desde el Consell d’Eivissa, organismo competente del servicio de transportes en la isla, informaron que, según sus datos, por la mañana el seguimiento era del 25% en la empresa de ALSA, pero que con el cumplimiento de los servicios mínimo la incidencia no llega al 10%. Por parte de la empresa Sagalés, «no ha habido seguimiento».
El motivo de este baile de cifras tan dispares está relacionada con la manera de interpretarlas, según los sindicatos. Los servicios mínimos asignados se han distribuido desde la empresa para que «todas las personas tengan que trabajar, sin opción de secundar la huelga», asegura Isaac Rodríguez, lo que deriva en estas cifras de seguimiento tan bajas.
Por parte del Govern, a media mañana el vicepresidente Antoni Costa ha comparecido para asegurar que la institución «no va a intervenir en la negociación de los convenios colectivos entre los sindicatos y la patronal», sino que actuarán como «facilitador». En cuanto a los datos de seguimiento a nivel balear, Costa los ha cifrado «por encima del 80%».
PuffEl sistema de transportes público va mal porque les interesa que vaya mal