El Ayuntamiento de Sant Josep ha instalado una llamativa señal de limitación de velocidad en uno de los puntos negros de la isla de Ibiza, que este 2025 se ha cobrado la vida de dos turistas que fueron brutalmente atropellados.
Según ha informado este sábado el Ayuntamiento de Sant Josep, han instalado una señal de límite de velocidad a 29 kilómetros por hora en las calles Cala de Bou (donde es Puetó) y la calle es Caló «con el objetivo de llamar la atención de los conductores y reforzar el carácter de vía de circulación lenta. La medida recuerda que el límite de velocidad en la zona es de 30 kilómetros por hora y subraya la necesidad de conductir con prudencia en un tramo donde se han registrado accidentes de tráfico», explican. En este sentido, recuerdan que pese a que el límite establecido por la normativa es de 30 kilómetros por hora, el Consistorio josepí ha optado por «reducirlo simbólicamente y favorecer el cumplimiento efectivo del límite».
El objetivo, según explican, es incrementar «la consciencia viaria y mejorar la seguridad en la calle». Estas señales, según ha precisado, estarán instaladas hasta finales de año, «sin descartar futuras actuaciones complementarias».
Atropellos mortales
Esta calle de la bahía de Portmany es un auténtico punto negro viario de la isla de Ibiza, pues difícilmente se respeta el límite de velocidad, las aceras son estrechas y no vallas o elementos entre acera y calzada. Este mismo año se han producido dos atropellos mortales. El primero de ellos ocurrió en mayo, cuando un turista español de 62 años natural de Alicante y que salió a pasear a primera hora del domingo 18 de mayo se encontró con la muerte tras ser arrollado por una furgoneta cuyo conductor dio positivo en alcohol. La furgoneta, una Dacia Dokker, tumbó varias señales y elementos del mobiliario urbano antes de arrollar al hombre que quedó atrapado en los bajos del vehículo. A la llegada del equipo de Soporte Vital Avanzado del SAMU 061, solo se pudo confirmar el fallecimiento del peatón. El conductor del vehículo salió prácticamente ileso y resultó detenido.
Aurelio, de 62 años, había llegado a Ibiza la tarde anterior a su atropello, proveniente de su Torrevieja natal, junto a un amigo suyo. A primera hora de la mañana salió a dar un paseo y, cuando estaba regresando, a escasos metros del hotel donde se hospedaba, fue embestido por una furgoneta, cuyo conductor, un hombre de 30 años y de nacionalidad peruana, se quedó dormido al volante y cuadruplicó la tasa de alcohol permitida.
Amayda y Byron, los hijos de Aurelio, junto a su yerno, Nelson, viajaron hacia Ibiza tras el atropello mortal y rindieron un emotivo homenaje al fallecido, depositando flores y una fotografía de Aurelio, además de un cartel en el que reclaman justicia para el fallecido, asegurando que «no puede valer más la vida de un perro que la de un hombre».
Pero el atropello mortal de Aurelio no ha sido el único que se ha registrado este año en esa zona. El pasado mes de septiembre, en concreto el día 7, un todoterreno Jeep Wrangler conducido por un irlandés drogado hasta las cejas con óxido nitroso se salió de la calzada y se subió a la acera, arrollando a peatones y derribando una farola. Por delante, se llevó a tres chicas jóvenes que estaban caminando por ese tramo con el fatal resultado de que una falleció por el brutal impacto y las otras dos resultaron heridas de diferente gravedad.
El irlandés drogado autor del atropello mortal fue detenido y se le imputaron delitos de conducción bajo los efectos de las drogas, homicidio por imprudencia grave y lesiones graves. La colaboración ciudadana fue clave en este atropello, así como la gran afluencia de personas que había en la zona en el momento del siniestro, pues eso facilitó la localización de testimonios e imágenes.
Este atropello mortal generó mucho impacto entre vecinos, trabajadores y empresarios de la zona, generando un auténtico trauma. Los días posteriores, la zona del atropello donde murió la joven británica amanecía con flores, peluches y velas en su honor.
«No hay ninguna separación entre la acera y la carretera, no entiendo por qué no han puesto nada: es un peligro», lamentó una camarera de la zona el día después del atropello, visiblemente afectada e inquieta.
Medios británicos como el Daily Express, The Sun o The Mirror se hicieron eco del terrible atropello y las familias de las otras dos jóvenes heridas iniciaron una recaudación de fondos para que sus hijas regresaran a Reino Unido para poder continuar allí su recuperación y no en Ibiza.
Las medidas
Tras este brutal y trágico atropello, la Policía Local de Sant Josep así como los cinco ayuntamientos exigieron que se endurecieran las penas por consumo y venta de óxido nitroso. Sin ir más lejos, en la junta de seguridad de esta última semana celebrada en Sant Antoni el tema de la impunidad del óxido nitroso fue tratado y el Consistorio lamentó que la policía local detiene a los vendedores y a las 24 o 48 horas «ya están en la calle».
Tras el atropello, el Ayuntamiento de Sant Josep celebró reuniones para valorar qué medidas físicas tomar para proteger a los peatones que transitan por la zona, como puede ser la colocación de bolardos o vallas. También se decidió encargar un estudio de la zona con el objetivo de determinar las soluciones más eficaces para reforzar la seguridad, ya sea mediante señalización horizontal y vertical, la instalación de radares, badenes u otras actuaciones. Este estudio deberá indicar cuáles son las medidas más adecuadas para incrementar la seguridad. Por el momento, la única medida que ha trascendido para aumentar la seguridad en esta zona es instalar una señal vertical de límite de velocidad. Se desconoce si habrá más medidas de seguridad y protección para peatones.
No entenc com s'ha gastat un euro en això... es problema son es conductors beguts i drogats, pensau que faran algo diferent per una senyal a 29 en comptes que a 30????