Ha costado mucho, hay que reconocerlo, pero la erradicación de los taxis ‘pirata’ del aeropuerto de Ibiza, no es fruto de la casualidad, sino el resultado de una ingente tarea de organización, músculo institucional, coordinación y liderazgo. Y en esa ecuación, Enrique Gómez Bastida ha estado en el centro y en el volante.
Desde que recibió el encargo de dirigir el departamento de Lucha contra el Intrusismo del Consell d’Eivissa, subordinado al vicepresidente primero y conseller ejecutivo Mariano Juan Colomar, la presencia de taxis ilegales se ha reducido en un 95%. Es lo que tiene contar con dinero del Impuesto sobre Estancias Turísticas y usarlo bien, financiando la presencia continua de inspectores, con un refuerzo de seis nuevos inspectores y cuatro agentes de transportes en la terminal de es Codolar. Son los responsables de haber extendido 588 denuncias hasta finales de octubre, con 171 inspecciones y 42 operaciones junto a las policías locales.
Gómez Bastida ha implicado a la Guardia Civil, que ha llevado a cabo 370 actuaciones de la Guardia Civil. Trabajo, trabajo y trabajo. En un sector donde la ilegalidad campaba a sus anchas, ver esas cifras es poco menos que un logro extraordinario.
Recordemos quién es Gómez Bastida. Fue jefe de la Compañía de la Guardia Civil en Ibiza y Formentera entre 2017 y 2020. Su llegada al Consell d’Eivissa como director insular de Lucha contra el Intrusismo se interpretó como el ‘fichaje estrella’. Con él llegaron más recursos: medios humanos, tecnología, protocolos de colaboración entre Aena, Guardia Civil, Consell y ayuntamientos.
Y eso marca la diferencia entre discursos y resultados. Porque criticar es fácil, denunciar desde la tribuna de un diario es sencillo. Meterle mano a las mafias de los taxis pirata, coordinar inspectores, firmar protocolos, movilizar recursos, vigilar 14 horas al día desde puntos clave de la isla… Eso exige convicción, músculo y valentía.
Los que s’aferran a s’emblanquinat con críticas oportunistas en columnas periodísticas, que sigan escribiendo. Mientras tanto, los altos cargos como Gómez Bastida, se ganan el respeto de la ciudadanía con resultados que avalan su trabajo. ¿Es eso lo que molesta? Desde luego, no a los ciudadanos de a pie.
El trabajo del Consell d’Eivissa en estos dos años beneficia al sector del transporte, al turismo regulado y a la imagen de Ibiza como destino serio. Cuando los visitantes llegan y no les esperan a la salida taxis piratas, cuando el ciudadano ve que la actuación de los ilegales no sale gratis y que se protege el servicio público frente al intrusismo, ganamos todos.
Claro que queda trabajo por hacer. Los expedientes sancionadores deben traducirse en medidas disuasorias, con los vehículos inmovilizados y controles sin pausa. Pero también es clave tener al frente a profesionales que sepan el terreno que pisan, con experiencia, con capacidad de liderazgo y conocedores del territorio. Porque de los buenos discursos ya estamos un poco hartos: lo que queremos son resultados, y estos al fin han llegado.
No soy proclive a los encomios, pero debemos reconocer el trabajo de Enrique Gómez Bastida, Mariano Juan y Vicent Marí. Su apuesta por la legalidad, transparencia, por la acción coordinada y por no dejarse intimidar es digna de elogio. Criticar está bien, pero es lo más fácil. Mientras unos escribimos, otros pisan la calle y resuelven problemas.
Un articlr babós i vomitiu. Tothom sap del modus operandis del Sr. Bastida i que els expedients sancionadors cauran tots. No es cobrará un duro. Temps al temps.