Olivier Hassler, coordinador insular del Partido Animalista PACMA en Ibiza, presentó este pasado viernes una denuncia simultáneamente ante la Delegación del Gobierno en Baleares, la Subdelegación del Gobierno en Ibiza y el Juzgado de Instrucción de Guardia, en relación con la «presunta continuidad de actividad en el centro de protección animal Can Dog tras su clausura cautelar administrativa ordenada por el Consell de Ibiza el pasado 23 de octubre de 2025».
Tal como consta en la denuncia, la clausura incluía la prohibición de entrada de nuevos animales y la obligación de vaciar el centro en un plazo de siete días hábiles debido a presuntas irregularidades reiteradas detectadas por los servicios veterinarios.
No obstante, Hassler ha trasladado a las instituciones que «continúa recibiendo avisos vecinales y testimonios señalando que unos 22 perros seguirían dentro de las instalaciones, sin que exista confirmación pública de que el desalojo se haya ejecutado».
La denuncia subraya que «se observaría actividad en el recinto, incompatible con la suspensión ordenada y que podría comprometer el bienestar de los animales», según relata en un comunicado remitido a los medios de comunicación este domingo.
La formación política explica que se ha solicitado «la adopción de medidas cautelares urgentes, incluida la retirada judicial de los perros, su traslado a un centro autorizado y la personación del Seprona para verificar el estado de los animales».
Desde PACMA recalcan que permitir la permanencia de animales en un centro clausurado «supone un riesgo evidente para su vida e integridad», y exigen una «intervención inmediata» de las administraciones implicadas para asegurar que «la orden de cierre se cumpla y se garantice la protección efectiva de los animales».
Orden de cierre
El Departamento de Medio Rural y Marino del Consell de Ibiza, tras las inspecciones realizadas por el Servicio de Veterinarios y ante las denuncias recibidas sobre Can Dog, dictaminó a mediados del pasado mes de octubre medidas cautelares de clausura del centro. Según esta orden de cierre, el responsable de Can Dog tenía siete días para devolver a los animales a sus dueños. Cuando ello sea imposible, la Administración se hará cargo de la custodia. Además de ser un centro de animales sin hogar, Can Dog también actuaba como ‘residencia temporal’ para los animales cuando los dueños tienen que viajar o pasar tiempo fuera de Ibiza.
«En ningún caso se va a abandonar ni sacrificar a ningún animal», explicaron en su momento desde el Consell de Ibiza. La decisión de cerrar Can Dog vino dada por las faltas constatadas en las inspecciones a este establecimiento, confirmando incumplimientos de la normativa en materia de Bienestar y Sanidad animal. Desde el pasado mes de junio, el Consell de Ibiza ha realizado al menos seis inspecciones a Can Dog y pese a los requerimientos de la Administración para subsanar graves deficiencias la propiedad no cumplió. De ahí que se dictaminara la orden de cierre.
Animalistas alertaron a principios del mes de octubre que los animales que allí estaban en Can Dog vivían entre excrementos, suciedad y ratas, constatando sus afirmaciones con pruebas gráficas del estado de los canes. Según recordaron desde Pacma, este espacio de acogida para animales «lleva más de 30 años acumulando denuncias, informes e acusaciones de presunto maltrato, sin que las autoridades competentes hayan actuado con eficacia suficiente como para poner fin a la situación». También exigieron en su momento la retirada del núcleo zoológico que le permitía seguir operando. Con la orden de cierre, se retirará la calificación de núcleo zoológico.
La respuesta
El Consell de Ibiza aclaró este domingo que si bien se dio un plazo para sacar los perros de Can Dog una vez desinscrito el centro como núcleo zoológico, «también es cierto que el propio interesado presentó una planificación para poder dar respuesta a situaciones de perros cuyos dueños no se encontraban en la isla dentro del plazo dado o que necesitaban más tiempo para habilitar un espacio en sus domicilios o buscar alternativas». En este sentido, ante la presentación de esta planificación, así como pruebas de que se había contactado con los dueños de estos canes, «se dio un plazo para cumplir la planificación que aún no ha vencido, si bien lo hará en próximos días».
Desde la máxima institución insular aclararon también que tanto el servicio de veterinarios del Consell como el Seprona de la Guardia Civil han hecho seguimiento de estos animales «en todo momento». Así, la última inspección veterinaria fue este mismo viernes pasado. Recordaron también que en ese recinto, además de perros usuarios de los servicios que ofrecía, «residen canes que son propiedad del dueño» y que, por tanto, «no son objeto de desalojo».
Las fotos en el periodico se ven realmente lamentables, es innegable. Pero mi experiencia personal con Can Dog debo decir que siempre fue buena. Pepe se portó muy bien con mis perros, me ayudó en varias ocasiones a tramitar papeleo con los ayuntamientos y me aconsejó muchas veces de cómo proceder para evitar futuras multas. En aquellos años vivía por la zona, y mi casa no tenía vallado (nuestros terrenos abarcan muchas hectáreas), mis perros paseaba por nuestra finca sueltos y en varias ocasiones "animalistas" los veían sueltos y, creyéndolos abandonados, se los llevaban. He pagado pocas multas por eso... (sarcasmo). En muchas ocasiones Pepe intercedió con el ayuntamiento por las sanciones, y en otras, me aconsejó tips tales como poner mi número de teléfono en grande en el collar de los perros, para que la gente me llamara a mí directamente y no a la policia local. Cuando iba a recogerlos, sin previo aviso, los tenía siempre dentro de casa, en un sofá al lado de la chimenea, bien cuidados. No sé si porque eran perros que conocía, o porque sabía que estaban un día o dos a lo sumo. Pero personalmente no tengo queja ninguna. Me preocupa el futuro incierto de los perros que quedan ahí, a veces es mejor que tengan cacas en la jaula antes que sacrificarlos. De verdad espero que esos animales acaben en buenas manos, son los que menos culpa tienen en todo esto.