El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, responde a las preguntas de Periódico de Ibiza y Formentera a pocos días de fin de año, en particular a las cuestiones sobre la lucha contra el intrusismo y su relación con el Gobierno central.
— La lucha contra el intrusismo es su caballo de batalla desde que llegó al Gobierno insular. ¿Qué novedades veremos en 2026?
— Fue un compromiso y una realidad que se inició en el primer mandato. En 2019 creamos la Oficina de Lucha contra el Intrusismo y se han ido dando pasos en transporte, alojamientos turísticos, fiestas ilegales… el punto de inflexión ha sido el plan de choque que hemos puesto en marcha con fondos del ITS. Se ha acabado con los taxis pirata en el Aeropuerto. En cuanto a alojamiento, Ibiza era un territorio sin ley donde se comercializaba todo. Era necesario poner límites y hemos ido por la vía de la colaboración, no de la confrontación. Constituimos la Mesa de Lucha contra el Intrusismo con los ayuntamientos, el Govern, las patronales, Fomento de Turismo, los sindicatos y las compañías de comercialización como Airbnb y Booking. Hemos llegado a acuerdos y se eliminaron de todas las plataformas todos los anuncios ilegales que había. Esto es un hito histórico. De un plumazo se eliminaron más de 3.000 anuncios que significaban 14.500 plazas turísticas. Una parte de esos turistas han dejado de venir, unos 7.000, y otros se han desplazado a la oferta legal. Con menos gente, esta temporada ha habido mayor ocupación hotelera. Aquí se ha producido un punto de inflexión.
— Por fin se ha aprobado el decreto ley para regular el traslado de residuos a Mallorca. ¿En qué consiste este traslado?
— Tenemos un vertedero, Ca na Putxa, que está finalizando su vida útil. En estos momentos, Ibiza recicla el 42% de sus residuos. Pero el problema está en la parte que no podemos reciclar. El debate está entre construir una incineradora o trasladar a Mallorca. Se han encargado estudios y se han hecho procesos participativos. Entre la incineradora y el traslado está muy igualado. Abrir otro vertedero está descartado por ley. Tenemos que trasladar los residuos a Mallorca para que sean tratados en Son Reus, que es una planta que está infrautilizada y tiene capacidad para tratar los residuos de rechazo de Ibiza. En esto tiene que haber voluntad política del Govern y del Consell de Mallorca y de Ibiza. Todo el trabajo político se ha hecho liderado por Marga Prohens. Y al final el Govern ha dado cobertura jurídica a este traslado.
— ¿Y a partir de ahí?
— Se abre un nuevo escenario. Hay que trasladar todo este residuo embalado para que se incinere en Son Reus. Y esperamos que esto se inicie en los primeros meses de 2026. Ahora se hará un plan piloto y luego se verá cómo se hace. Mientras, Ibiza, en su nuevo plan director de residuos, evaluará si se siguen trasladando a Mallorca o si, en un futuro, se ve que hace falta una planta de valorización energética. Pero esto lo dirán los estudios. No hay ninguna decisión tomada al respecto. En cualquier caso, hay que llevar a cabo un plan de choque de reducción de residuos. No podemos trasladar unas 80.000 toneladas a Mallorca. Hemos de reducir la generación de residuos y esto significa campañas de concienciación, incentivos a las familias para que reciclen en origen… En la próxima convocatoria de fondos de ITS, se pedirá financiación para llevar a cabo este plan de choque.
— Este año hemos vivido unas inundaciones que han puesto en evidencia el frágil estado de muchas de nuestras infraestructuras. ¿Saca alguna enseñanza de esto?
— Sí, que no nos podemos confiar. Estábamos atravesando una gran sequía y no podemos bajar la guardia. Y hay que tener cuidado porque las danas han puesto de manifiesto esa fragilidad. Tenemos que trabajar para mejorar las infraestructuras de desagüe. No puede ser que, cada vez que llueva, se inunde la autovía al aeropuerto. Ni podemos tener los torrentes en estado de semiabandono porque nos habíamos acostumbrado a que no lloviera. Algunos estaban totalmente abandonados.
«Yo prefiero hablar de un turismo premium, que es de alto valor adquisitivo y gasta mucho»
— ¿Está en riesgo el turismo familiar?
— Ibiza nació del turismo familiar, de aquellos que visitaron por primera vez la isla y repitieron muchos años. Y la apuesta por la calidad no tiene que ir en contra de este turismo. Es un turista bienvenido, necesario y que tiene un alto nivel de gasto y una estancia media más larga. Cumple nuestros objetivos y trabajamos en ello pero desde la colaboración público-privada. Parece que las instituciones somos los responsables de todo y no, lo somos de muchas cosas pero tenemos que trabajar conjuntamente con la industria turística.
— Hay una apuesta por el turismo de lujo que tiene un coste para la sociedad ibicenca. ¿Se puede equilibrar?
— Yo prefiero hablar de un turismo premium, que es de alto valor adquisitivo y gasta mucho. Es el turismo que todos los destinos buscan y que nosotros, afortunadamente, tenemos. Pero estamos hablado del 9% como máximo de toda nuestra planta hotelera, si nos referimos a hoteles de cinco estrellas. De las 100.000 plazas que tiene Ibiza, como mucho 9.000 son de lujo. Y eso no representa la totalidad del turismo que tenemos. Cuando se habla de «luxificación», sepamos que hablamos de un 9% del mercado turístico. Es importante y hay una apuesta clara por esto pero no es el responsable de los problemas que tenemos.
— La relación con el Govern de Marga Prohens es mucho mejor que con el de Francina Armengol. ¿Se puede mejorar?
— ¡Es la noche y el día! La sensibilidad, la voluntad política y los hechos demuestran que hay una mayor preocupación y ocupación hacia Ibiza que no existía antes. Hoy (por el pasado lunes) hemos firmado un protocolo de cogestión de las residencias cuando en la pasada legislatura fuimos incapaces de sentarnos seriamente a marcar una hoja de ruta que hiciera viable asumirlas. Y se ha hecho aceptando las propuestas del Consell, que son las mismas antes y ahora. Y lo mismo puedo decir con la gestión sanitaria. Hay una mayor atención, una mayor voluntad de arreglar el problema y de poner medios. En educación, los colegios estaban abandonados y ahora se ve una actividad en todos. Hay una atención más constante y permanente por parte del Govern. Quedan muchas cosas por hacer porque Ibiza estaba siendo muy maltratada. Venimos de un déficit de inversiones en infraestructuras muy importante. En el reparto de fondos de la ecotasa, Ibiza no existía la pasada legislatura. En esta hemos visto que se han incrementado las aportaciones. Tendremos que seguir reclamando, claro. Mientras haya cuestiones que resolver, Ibiza seguirá reivindicando ante el Govern, ante el Gobierno central y ante quien haga falta.
— ¿Cómo está la relación con el Gobierno central?
— En inmigración no nos escucha ni nos tiene en cuenta para nada. No existimos. La situación es lamentable. Desde 2019 no tenemos convenio de carreteras. Tampoco tenemos más medios policiales, ni viviendas para los cuerpos y fuerzas de seguridad. Ni lo consiguen ellos ni lo conseguimos nosotros. El Gobierno central tiene una asignatura pendiente muy grande con una isla que paga y no recibe. Ibiza es una isla donde se genera riqueza y se pagan muchos impuestos pero eso no revierte en mejora de los servicios públicos estatales. El Estado está en retirada de esta isla y es una lástima porque necesitamos los servicios estatales, que están abandonados
— ¿Cree que habrá elecciones en 2026?
— A mí me gustaría y es lo que debería ser con lo que estamos viendo. Pero estamos en manos de un presidente narcisista al que lo que menos le preocupa es este país. Solo se preocupa por él, por su familia y por su entorno. Me imagino que hará lo posible y lo imposible para alargar la legislatura hasta el final.
3 "noticias" (o publireportages) en portada del vendedor de crecepelo, pero el narcisista es otro