El Parque Insular de Bomberos de Ibiza despidió este domingo, 28 de diciembre, al cabo José Roig Riera, de Can Palauet, que se jubila tras 34 años de servicio. La despedida estuvo cargada de emoción y simbolismo: aplausos, abrazos y el encendido de las sirenas de los camiones del parque marcaron el final de una trayectoria profesional estrechamente ligada a la historia reciente del cuerpo.
Roig se incorporó oficialmente al parque el 10 de diciembre de 1991. Él mismo recuerda que su primera guardia la realizó junto a su compañero Bruno y que, de forma casi circular, la última guardia, cumplida la pasada madrugada del sábado al domingo, la compartió con ‘Brunito’, hijo de aquel primer compañero de servicio.
La evolución del parque
Durante estas más de tres décadas, ‘Pala’, como es conocido entre sus compañeros, ha sido testigo directo de la evolución del Parque Insular de Bomberos. «Cuando empecé éramos 22 y ahora, aunque todavía insuficientes, ya somos 34», señala, subrayando una realidad recurrente en el servicio: «En este trabajo, cuando no hay nada que hacer siempre parece que sobra gente, pero cuando hay algo, siempre falta más gente».
Anécdotas
Entre las anécdotas más curiosas de su carrera, Roig recuerda un aviso por un supuesto gato atrapado en un contenedor de basura. «Cuando llegamos, no parábamos de escuchar los maullidos y, rebuscando entre las bolsas, descubrimos que en realidad se trataba de un juguete que, cada vez que se abría la puerta del contenedor, se ponía en marcha», explica.
En cuanto a los momentos más reconfortantes, evita calificarlos como satisfactorios. «Siempre trabajamos ante emergencias, por lo que no me atrevo a llamar ‘satisfactorio’ a ningún momento, sin embargo reconforta poder salvar a personas o espacios». En este sentido, recuerda uno de sus primeros servicios, a principios de los años noventa, durante el incendio de las naves del Hipercentro. «Éramos solo cuatro personas de guardia y logramos salvar la nave donde estaba la redacción y la rotativa del desaparecido periódico La Prensa de Ibiza».
Los momentos más duros
Roig señala que los incendios en viviendas son los más complejos. «Nunca sabes si va a haber personas o animales atrapados y el acceso suele ser bastante complicado». Entre ellos destaca especialmente el incendio del edificio okupado de Es Viver, donde una mujer murió calcinada. «El fuego llegó de punta a punta del edificio, eso no era normal», recuerda.
Tras su último servicio, realizado la misma noche del sábado en la calle Ramon Muntaner, Pala resume su carrera con serenidad: «Tengo recuerdos buenos y recuerdos mejores, ningún mal recuerdo».
También se jubilo, Paco el panadero, Pepe el electricista y Antonia la cajera del super, no entiendo está manía de ensalzar cuando se jubila un empleado público, bombero, policía etc... Como si fueran seres superiores más importantes que el resto, no ha hecho nada diferente al electricista o cajera que menciono, solo hacer su trabajo el cual eligió él y no es ni más ni menos importante que el de las otras personas. Si se ha jubilado enhorabuena como al resto de personas que se jubila, pero francamente está noticia carece de cualquier importancia.