Hiwat Shenkura Shine, una etíope de 24 años, mató a su hijo recién nacido tras arrojarlo desde un séptimo piso en la ciudad sureña libanesa de Sidón, por temor a perder su trabajo, informó ayer la prensa local de Beirut.
Interrogada por un juez, Shine, que trabajaba como criada, confesó que dio a luz sola en el balcón del apartamento de sus patrones y una hora después metió al pequeño en una bolsa y lo tiró por el balcón. Dijo que cuando llegó a Líbano nadie se dio cuenta de que estaba embarazada de cinco meses y que se deshizo del bebé por miedo a perder el trabajo y que la devolvieran a Etiopía. Si se declara culpable de parricidio puede ser condenada a muerte.