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Puerto: «Me desmayé y al despertar descubrí que estaba muerta, pero yo no la maté»

Un acusado de estrangular a su novia dice que no recuerda nada

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«No hay huellas mias. Es falso que yo hubiera matado a Antonia». Manuel Puerto, un joven cordobés acusado de causar la muerte a su compañera sentimental estrangulándola con las manos, mantuvo ayer que él no era el autor de este crimen. Los hechos ocurrieron el día 23 de enero del pasado año en la localidad ibicenca de Santa Eulàlia. La víctima, Antonia Cruz, de 28 años y madre de un hijo, murió asfixiada al ser atacada cuando estaba tumbada sobre una cama. Su cadáver apareció en la vivienda que la mujer compartía con su novio, el acusado, y un amigo británico.

Aquella noche la pareja discutió en un bar. Según el acusado, la pelea se inició porque la mujer intervino en una conversación que Manuel mantenía con un conocido. La mujer fue golpeada en presencia de varios clientes y, tras ello, decidió marcharse a casa. El acusado, en cambio, continuó esa noche visitando varios bares antes de regresar, sobre las cinco de la mañana, a la vivienda. Según la versión de la acusación particular, que el acusado niega, cuando llegó al inmueble la mujer estaba acostada en la cama, cubierta con una manta. El acusado se colocó sobre ella y apretó sus manos en el cuello hasta que la estranguló. El presunto agresor, después, llamó a su padre, y le contó que la mujer estaba muerta. El padre le aconsejó que se entregara. Acudió a la policía y dijo que su novia estaba muerta. No dio más explicaciones.

En la declaración que hizo ayer ante el jurado, Manuel Puerto afirmó que él llegó antes que su novia al domicilio, porque ella se había marchado con unos amigos a tomar copas. «Cogí una botella de cerveza y me desmayé. Al rato me desperté de frío, fui a comprobar si Antonia había regresado y me la encontré muerta... Estaba fría y tenía unos hematomas en el cuello. Yo no recuerdaba que la hubiera matado». El acusado repitió hasta cuatro veces seguidas «no es cierto» cuando el abogado Juan Luis Matas, que representa a los padres de la víctima, le preguntó si reconocía que la mujer no podía defenderse y que había intentado gritar para pedir ayuda.

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