La defensa pidió ayer la absolución de la única persona, un joven con claros problemas psiquiátricos, que por el momento ha tenido que sentarse en el banquillo por el atraco a la sucursal de Sa Nostra de Eivissa, un robo con un botín de más de dos millones de pesetas que fue cometido en julio del año pasado y que la policía cree que fue perpetrado por tres personas: dos enmascarados y un tercero que esperaba con una furgoneta.
La presunción de inocencia del acusado, bajo el principio de que la duda beneficia al sospechoso, fue la base de la petición que el abogado José Luis del Valle hilvanó ante la Audiencia Provincial. El abogado de Manuel C.G. no sólo argumento que, visto lo ocurrido en el juicio, a cualquiera se le podía imputar el robo, sino que también hizo hincapié en la incapacidad mental del acusado, que hacía «imposible que fuera el ideólogo del robo, tal y como se le atribuye». Del Valle certificó esta premisa con un informe del Instituto Balear de Atención Social que acreditaba la esquizofrenia paranoide que sufre el acusado.
Manuel G.C. frecuentaba una casa donde un grupo de jóvenes se reunía -se piensa que para tomar drogas- y donde la policía halló una camisa que fue reconocida por las empleadas de la sucursal, un casco de moto supuestamente utilizado en el robo, así como sierras que pudieron ser utilizadas para «fabricar» la escopeta de cañones recortados con la que se amenazó al personal del banco. Dos de estos jóvenes motivaron la detención del ayer acusado al imputarle el robo y dar a la policía datos correctos del «modus operandi». Ambos fueron previamente detenidos por la policía y los dos conocieron al acusado en la planta de psiquiatría de Can Misses.