El Boeing 757-300 de la compañía alemana Condor se salió anoche de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Eivissa cuando ya había tomado tierra tras haber entrado por la cabecera de pista número 24 a las nueve y veintiséis minutos. No hubo heridos, ni siquiera de carácter leve, entre los 233 pasajeros y el bebé que iban a bordo, acompañados por ocho tripulantes que también resultaron ilesos.
Los viajeros, procedentes de la ciudad germana de Leipzig, no precisaron de rampas de emergencia para bajar del avión, sino que lo hicieron con las habituales escalerillas.
Tras poner pie en tierra, donde el avión estaba rodeado por camiones de bomberos, ambulancias y otros vehículos preparados para atender la emergencia, fueron atendidos por personal del aeropuerto y de la propia compañía. «Se les ha dado un refrigerio, aunque por lo que he podido ver estaban bastante tranquilos», explicó después el director del aeropuerto de Eivissa, Gonzalo Aguarón. Por el momento se desconocen las causas que exactas que provocaron este accidente, aunque según ha podido saber Ultima Hora Ibiza y Formentera el comandante del avión comentó que había notado que fallaba el sistema de frenado. El avión, al parecer, no sufría daños de consideración, y habrá que esperar a que un estudio detallado confirme cuál fue exactamente el problema.
El aparato, que se salió por la zona del aeropuerto más cercana a los estanques de ses Salines, quedó parado a veinte metros, aproximadamente, de la pista de aterrizaje. Las condiciones de seguridad impedían que estando a esta distancia pudieran despegar o tomar tierra otras aeronaves, por lo que la dirección de la terminal no tuvo más opción que cerrar temporalmente el aeropuerto. Entre la hora del siniestro y la una y media de la madrugada se vieron afectados una decena de vuelos de entrada y otros tantos de salida. Los primeros, fueron desviados al aeropuerto de Palma, al de Valencia y al de Barcelona.