Una decena de personas se han visto ese año en Eivissa directamente involucradas en asuntos ilegales de prostitución por hechos que han motivado una intervención policial. Algunos de los sospechosos han llegado a ser detenidos en dos ocasiones. En los últimos casos, los más graves, la actuación de Comisaría evitó que continuaran las amenazas e incluso agresiones que sufrieron varias mujeres, entre ellos la embarazada que logró escapar este mes de un club de Talamanca. Las actuaciones policiales han revelado que las redes alemanas con conexiones a los países del Este siguen operando en la isla y que las mafias chinas también tienen interés en Eivissa.
Las primeras detenciones se produjeron en enero, simultáneamente también en Barcelona, después de que una mujer china, escapada de un club de Menorca, fuera agredida por unos «matones» que se trasladaron a Eivissa desde Cataluña para «meterla en cintura». La red ya contaba con un piso en Sant Antoni.
En Eivissa se detuvo a dos mujeres, también asiáticas. Estas mismas personas, al parecer encargadas de los «negocios» en la isla de una organización que traía chicas a España tanto para clubes con para restaurantes, fueron arrestadas otra vez días después en el aeropuerto cuando intentaban huir tras supuestamente darle una paliza precisamente a la joven cuyo testimonio fue decisivo para que la policía pudiera poner al descubierto no sólo las intenciones de la red en Balears sino desmontar el «negocio» creado en Cataluña.
En febrero se descubrió la situación de dos checas a las que se «explotaba» en un local de ses Figueretes. De ello respondieron ante el juez el regente de un club y un intermediario de origen libanés con las redes del Este. El primero de ellos fue arrestado luego por segunda vez al detectarse posibles irregularidades en el local cuando tres africanas tramitaban sus papeles.