El Tribunal Superior de Justicia de Balears ha confirmado el despido contra un capitán de navegación de la marina mercante, que trabajaba para una empresa pública, que intentó cobrar por su cuenta una indemnización de 108 millones de pesetas por evitar el naufragio de un barco en Eivissa.
El marinero trabajaba para la empresa Sasemar. Se trata de una sociedad de carácter público, que se dedica al salvamento marítimo. El día 6 de diciembre de 1997 este empleado estaba de guardia en el Centro Regional de Coordinación de Salvamento de Palma y se solicitó su traslado a Eivissa para asesorar al capitán marítimo de la Isla. La llamada estaba relacionada con el incidente sufrido por el buque de carga «Rolón Bahía de Alcúdia», que se encontraba a la deriva cerca de la isla de Cunillera, tras producirse un corrimiento de la carga. El buque estaba abandonado a su suerte. El corrimiento de la carga había escorado el barco unos 30 grados a estribor y el buque carecía de propulsión. El barco estaba en peligro de zozobrar porque el agua ya entraba por la cubierta, por la gran inclinación. Finalmente se logró rescatar el barco gracias a la intervención del operativo de rescate.
El empleado fue quien coordinó el trabajo de los tres remolcadores que participaron en el rescate. En concreto, fue señalando la velocidad de arrastre del rolón desde la zona del accidente hasta el puerto de Eivissa. Este trabajo, según señala la sentencia, la realizó como enviado de Sasemar, y no por su cuenta. Además, en el rescate se emplearon buques y marineros de empresas concertadas por la sociedad pública de salvamento.