Las últimas detenciones realizadas por Comisaría y la Guardia Civil confirman al menos el cumplimiento de las previsiones más alarmistas que a principio de temporada apuntaban este año a un «desembarco» masivo en Eivissa de grupos del este especializados en delitos de hurtos. En menos de una semana se ha detenido a una veintena de sospechosos, una cantidad a la que hay que sumar un número igual de arrestados desde que se inició la temporada.
Las fuerzas policiales trabajaban hace pocos días sobre la base de que en la isla había ya cerca de un centenar de personas de países orientales europeos (rumanos y moldavos) «trabajando» los hurtos en tiendas, playas y establecimientos hoteleros. Todo indica que esta cifra se encuentra a estas fechas ampliamente rebasada.
Los grupos de rumanos, a diferencia de su «competencia» magrebí, son más difíciles de detectar ya que se 'camuflan' bien en las zonas de recreo al confundírseles con turistas y por las precauciones que toman cuando operan, usando móviles para comunicarse. Además, de las pruebas recogidas se pueden vislumbrar con claridad indicios delictivos del grupo pero técnicamente es más difícil aclarar judicialmente el papel que juega cada uno de los miembros en hechos que avalen su procesamiento. Así, para ninguno de los últimos detenidos en las operaciones más inmediatas realizadas por la policía el juez decretó la medida cautelar de prisión preventiva. Otro tanto de lo mismo ocurrió con los servicios de la Benemérita.