AGENCIAS - TEHERÀN
Las labores de salvamento prosiguieron durante toda la noche de
ayer y la ayuda internacional comenzaba a llegar ante el desastre
causado por el terremoto que sacudió el viernes la histórica ciudad
iraní de Bam, un temblor que, según rescatistas de numeros países,
ha asolado una región en la que el número provisional de muertos se
sitúa en 25.000.
«Jamás había visto una cosa parecida. Es un espectáculo de desolación, una gran región ha sido destruida«, declaró Heiner Gloor, un miembro del equipo suizo de socorro que coordina las operaciones en Bam. «Hasta ahora han llegado los equipos suizo, alemán, turco y británico. Los iraníes necesitan de toda la ayuda posible», añadió.
El ministerio del Interior iraní no descartó que el cómputo de muertos se incremente y algunas fuentes extra oficiales han llegado a calcular que cuando concluyan las tareas de rescate alcance las 30.000 víctimas mortales.
Tras una noche en que trabajaron a destajo, los equipos de desescombro han recuperado 5.000 cadáveres sepultados entre los cascotes, mientras se habla de entre 30.000 y 50.000 heridos en el seísmo, que se produjo de madrugada y sorprendió dormidos a los 100.000 habitantes de la ciudad.
Brigadas del Ejército y de guardias de la Revolución Iraní participan en la búsqueda de supervivientes en medio de condiciones difíciles después de que el temblor, de 6.3 grados Richter, provocara el corte de agua, electricidad y línea telefónica.
Según testigos presenciales, la primera noche después de la catástrofe ha sido una pesadilla para las personas que colaboran en el rescate, que han tratado desesperadamente de encontrar supervivientes en una casi completa oscuridad. De acuerdo con las fuentes, aún se escuchan en las calles de Bam los lamentos de quienes continúan atrapados y de los supervivientes que han perdido a sus familias.
Los testimonios hablan también de niños que deambulan solos por la ciudad, en busca de ayuda. A la solidaridad nacional se ha unido la respuesta internacional al llamamiento de auxilio realizado por el presidente iraní, Mohamed Jatami, que reconoció que su país no puede afrontar esta situación con sus propios medios.
El primer avión de ayuda humanitaria llegó ayer por la mañana procedente de Suiza al aeropuerto de Kerman, ciudad cercana a Bam donde se ha instalado el «centro de crisis».
Las Naciones Unidas, algunos países miembros de la Unión Europea, China, Japón, Turquía y otros Estados respondieron también a la petición iraní y han prometido ofrecer auxilio.
Incluso el presidente de EEUU, George W.Bush -que incluyó a Irán en «el eje del mal» de países que supuestamente desarrollan armas de destrucción masiva y suponen un peligro para la paz mundial-, mostró su disposición a colaborar y el Departamento de Estado anunció la aprobación de un presupuesto con ese fin. La prensa local, tanto la conservadora como la reformista, expresaba ayer su pesar por la catástrofe, aunque en algunos periódicos han empezado a aparecer críticas por la falta de medidas de prevención contra los terremotos, frecuentes en Irán. A la catástrofe se suma la pérdida casi completa de los vestigios medievales de Bam, cuya ciudadela se ha desplomado.