La Guardia Civil supervisaba ayer el estado en que se hallaban las armas, muchas de ellas antiguas y muy deterioradas, encontradas en un domicilio de Sant Joan donde residía un hombre de mediana edad que horas antes había sido denunciado por sus padres por maltrato. La mayor parte del armamento se hallaba, en principio, herrumbroso y evidenciaba carencias en sus mecanismos. La Guardia Civil, sin embargo, estaba comprobando si éstas podían haber constituido un peligro real si se les realizaban pequeñas reparaciones. Según los datos recogidos por este periódico, al menos una de ellas, encontrada por los afectados, sí estaba en condiciones de ser disparada inmediatamente.
El acusado iba a comparecer ayer ante el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa, Santiago Pinsach, pero finalmente lo hará hoy para dar tiempo al instituto armado a elaborar un informe que detalle el tiempo que tenían las armas y si éstas se encuentran en la actualidad preparadas para poder ser disparadas.
Los guardias se incautaron de al menos una escopeta de caza, varios revólveres, pistolas de avancarga y algunas espadas y cuchillos, entre ellas presumiblemente también alguna katana.
La denuncia se interpuso la semana pasada después de que uno de los cónyuges asegurara que su hijo, un ibicenco de unos 50 años que podría tener sus facultades mentales perturbadas y que ya fue procesado en su día por un delito de lesiones, le había mostrado una pistola y le había apuntado con ella. Las gestiones emprendidas por la Guardia Civil también resolvieron que posiblemente el hombre denunciado acostumbraba a 'coleccionar' armas.
Los propios afectados mostraron su temor a que su hijo pudiera hacer algo irreparable con la escopeta y pistolas que creían podía tener custodiadas en una casa de campo donde, al parecer, vive toda la familia.