Una patrulla de la Guardia Civil de Sant Antoni le sorprendió a primera hora de la madrugada cuando el 4 de agosto de 2005 circulaba a gran velocidad en una moto de 600 cc por la carretera de Sant Antoni. La percepción de los agentes reveló que el motorista no sólo superaba la máxima de 120 kilómetros por hora sino que muy probablemente rodaba a más de 180.
La dotación policial, además, presenció en el kilómetro 11 cómo dicha persona rebasaba a gran velocidad en su Suzuki GSXF 600 a otro coche en una zona de escasa visibilidad, en una maniobra realizada en un tramo con un único carril señalizado con una línea continua.
El conductor de esta motocicleta tuvo que sentarse ayer en el banquillo ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa por un delito contra la seguridad del tráfico en el que el infractor condujo con temeridad sin que presumiblemente se produjera una situación concreta en la que pusiera en peligro la integridad de otra persona.
Por este delito, un vecino de Sant Antoni de nacionalidad española se enfrentaba en un principio a una condena de un año y tres meses de prisión.
Su reconocimiento expreso de los hechos ante la jueza y un acuerdo entre el fiscal y su defensa motivaron que su condena quedara reducida a seis meses de prisión y un año de privación del derecho a conducir.
La carrera del acusado en la noche en la que se le detuvo por este delito duró poco. El motorista sufrió un accidente dos kilómetros después, en el kilómetro trece, tras estrellarse contra una isleta. Dicha persona, tras ser auxiliada por la Guardia Civil, no dio síntoma alguno de ir bebida.