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Los vecinos de Can Marçà denunciaron hace una semana la necesidad de un semáforo

El fallecido el miércoles volvía junto a su mujer de una finca que tenían al otro lado de la calzada cuando fue arrollado

En este tramo murió atropellada la tercera víctima mortal de las carreteras pitiusas en 2007. F: GERMÁN G. LAMA

C. CUEVAS
José Roig Planells, el hombre de 77 años que resultó muerto después de que un Ford Focus le atropellara el miércoles por la noche a la altura del kilómetro 3,800 de la carretera de Santa Eulària, en una zona conocida como Can Palauet, volvía, junto a su mujer, de una finca de su propiedad. Según explicaron ayer varios vecinos, la esposa del fallecido le dijo que no cruzara pero, al parecer, el hombre se confío y atravesó la calzada. Alberto G.T., español de 27 años, quien dio negativo en la prueba de alcoholemia que le practicaron los agentes, le atropelló. Según testigos del accidente, el vehículo del joven conductor iba a una velocidad superior a la permitida, 60 kilómetros por hora. Sin embargo, según los vecinos del barrio de Can Marçà donde se produjo el fatal accidente no hacer caso de la prohibición es la práctica habitual de la mayoría de los conductores: «La señal de 60 km/h nadie la respeta, la colocaron por la cantidad de accidentes y después, precisamente, de otro atropello mortal, pero no sirve de mucho porque además tampoco es muy visible y, claro, en una recta los coches vienen volando», señaló una vecina consternada por la noticia.

Ayer de lo único que se hablaba en el barrio era del trágico suceso y de cómo se podía haber evitado: «No se cuántas veces habremos pedido un semáforo, la última fue justamente la semana pasada», aseguraba una de ellos.

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