Un gallego de 46 años aceptó ayer cumplir una condena de cuatro años y ocho meses de cárcel por haber actuado como correo para una red que intentó introducir en la isla este año algo más de un kilo de cocaína. El sospechoso, natural de la localidad pontevedresa de Villagarcía de Aurosa, sumará otros cuatro meses de prisión si no abona una multa de 48.000 euros, cantidad en la que realmente la droga intervenida.
J.E.C.I. fue detenido por la Guardia Civil el pasado 11 de febrero a su llegada a la una de la madrugada al puerto de Eivissa después de haber concluido en el buque Isla de Botafoch la última escala de un tedioso viaje que inició muchas horas antes en su tierra natal. Tras ser descubierto con la droga encima, el sospechoso dijo que había aceptado llevar un paquete sin saber realmente su contenido a cambio de recibir 3.000 euros.
El correo, juzgado ayer por la Audiencia Provincial en Eivissa, mostró un extraño comportamiento nada más bajar del barco, hecho que no pasó desapercibido por agentes del instituto armado que a esas horas controlaban las instalaciones portuarias de Eivissa. Tras proceder a un cacheo superficial, se encontró adherido a su vientre y sujeto con una faja un paquete con 1.160 gramos de una pureza del 37 por ciento, riqueza de la que se podían haber extraído 429 gramos de cocaína pura. Para llegar al envoltorio, además, fue necesario que el sospechoso se quitara las tres cazadoras que, superpuestas, llevaba puestas.
J.E.C.I. cerró presuntamente el trato que le ha llevado a la cárcel en la misma Galicia. Desde allí cogió un tren que le llevó hasta Madrid. Su próximo destino fue la localidad alicantina de Denia, lugar desde el que embarcó hacia las Pitiüses. Tras ser detenido y puesto a disposición judicial, ingresó en prisión, lugar en el que ha estado desde entonces esperando juicio. El fiscal pidió, en un principio, un pena de seis años de cárcel y una multa de 145.783 euros.