Rachel Turner, la joven inglesa de 22 años que cayó el pasado 1 de octubre desde un segundo piso del edificio Tánit de Sant Antoni, falleció el día 7, tres días después de ser trasladada a su ciudad, Birmingham.
El fuerte golpe que sufrió en la cabeza la dejó en estado crítico. En la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, adonde fue trasladada por una ambulancia del servicio del 061, los médicos consiguieron mantenerla con vida, pero ya en el Reino Unido se decidió desconectar la máquina que mantenía sus constantes vitales. A diferencia de lo que ocurre en este tipo de muertes, el seguro se ha hecho cargo de los gastos médicos, confirmaron fuentes médicas.
Los hechos ocurrieron pasadas las nueve y media de la mañana. La joven cayó desde un descansillo de un segundo piso -unos diez metros de altura, el equivalente a dos pisos- del edificio Tánit, ubicado la calle Balanzat.
Versiones
Junto a la joven se encontraba su novio, a quien la Guardia Civil tomó declaración. Éste explicó que la joven se precipitó a causa de una imprudencia. Otras fuentes señalaron que la pareja había discutido y otras señalaron que la joven estaba hablando por teléfono cuando cayó, aunque no hay una versión oficial sobre lo ocurrido. La Policía Judicial de la Guardia Civil está investigando el caso y por el momento no se ha producido ninguna detención por esta muete. Al parecer, la joven, que no vivía en el edificio Tánit sino en otro inmueble cercano, llevaba en la isla desde el pasado julio y trabajaba repartiendo flyers.
Este tipo de muertes son muy habituales en Sant Antoni y en casi todos los casos se ha tratado de jóvenes veinteañeros del Reino Unido que llegan a la isla de vacaciones o para trabajar en negocios turísticos de la zona.