Un médico de Cala de Bou, relacionado con un centro médico privado de la zona, tuvo que sentarse ayer en el banquillo acusado de perseguir durante cuatro kilómetros en una ambulancia de su empresa al coche en el que iba su ex mujer y el nuevo novio de ésta. La afectada, además, afirmó que su ex marido estuvo llamándola «puta» e «hipócrita» desde la rotonda del «huevo» de Sant Antoni hasta el final de la avenida Doctor Fleming. El sospechoso negó todos los cargos que pesaban sobre él y su abogado afirmó que éste estaba siendo víctima de una «maquinación» de su ex pareja para que entrara como fuera en la cárcel y para perjudicarle en sus negocios.
S.A. respondió ayer en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa por supuestamente quebrantar con la persecución que se le atribuye una condena que se le impuso un día para que no se pudiera acercar a su ex mujer, hecho por el que se le piden nueve meses de cárcel. El acusado se enfrenta a otros nueve meses por incurrir, asimismo, presuntamente en otro delito de maltrato.
Su ex mujer y su novio denunciaron diciembre del año pasado que quince días antes éste había conducido durante cerca de cuatro kilómetros con su ambulancia pegada -a unos diez centímetros, según sus palabras- del vehículo en el que ellos se desplazaban. Todo ello tras salir escayolada, la afectada del centro médico de Sant Antoni, lugar donde había sido atendida de un esguince en una pierna. Según sus manifestaciones, durante el trayecto, el acusado también tomó varias fotografías de ellos juntos. A su vez, descartaron que la ambulancia fuera con las luces puestas o con la sirena. «No quiero que vaya a la cárcel. No le pido nada. Sólo quiero la paz», afirmó ayer en la vista oral la denunciante.
«Ese día fui a recoger la ambulancia al taller y luego me trasladé con ella al hotel Paraíso , que estaba a 200 metros, porque allí había quedado con otra persona para hablar de la compra de un local. Pero yo no he hecho nada de lo que dicen y menos quebrantar una condena», explicó el acusado.
La defensa de éste también hizo hincapié en que, desde octubre de 2006, el sospechoso se había enfrentado a tres denuncias «fraudulentas» por quebrantamiento y resaltó que todas había sido sobreseídas.